No hubo ni un solo mal gesto en las tres horas que duró la reunión. Los participantes en la mesa expresaron su visión sobre el conflicto vasco, y nadie puso peros al otro. Varios de los participantes en la cita se refirieron a las víctimas durante sus breves intervenciones, y en lo que sí coincidieron las delegaciones del PNV y el PSE fue en subrayar la necesidad de tenerlas en cuenta. Mientras, a la misma hora, un grupo de familiares de asesinados por ETA se acercaron hasta el palacio de Aiete para cuestionar la conferencia de paz.

"Es el momento de mirar hacia adelante con el recuerdo permanente de las víctimas, del sufrimiento y del dolor causado", dijo el presidente del PNV, Iñigo Urkullu. "Nuestro deber, nuestra deuda y nuestra obligación" es asumir ese reconocimiento, añadió, y manifestó la disposición de su partido a "arriesgar".

El dirigente nacionalista también quiso advertir de que "paz no es sinónimo de concordia", y de que esta no podrá establecerse sobre la desmemoria. Por ese motivo, se mostró convencido de que el País Vasco necesitará ayuda para avanzar en la reconciliación, y volvió a pedir a las instituciones europeas que aprueben un "plan Peace" para Euskadi. Sería una actuación de paz similar a la que se puso en marcha en Irlanda del Norte y que, en esencia, trata de proporcionar fondos para actividades que cimenten la convivencia.

DIGNIDAD Y JUSTICIA El presidente de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren, fijó la posición del PSE con el decálogo que el lendakari, Patxi López, expuso en el debate de política general de septiembre. Teorizó que la democracia ha derrotado a ETA y que jamás ha existido un conflicto violento con bandos enfrentados, sino "una minoría totalitaria y violenta" atacando la convivencia. Asimismo, defendió que se aborde el final con verdad, memoria, dignidad y justicia".

Eguiguren quiso dejar claro ante los dirigentes internacionales que la disolución de ETA deberá hacerse sin contrapartidas y reservando un "espacio público" a las víctimas del terrorismo. Poco después, el lendakari, de viaje oficial en Nueva York, se encargó de agradecer a las víctimas su gran "ejemplo moral". López se comprometió a reivindicar su memoria, porque esa será "la garantía" de que la violencia no se vuelva a producir.

'NO A LA IMPUNIDAD' Pero muchas víctimas de ETA estaban ayer enfadadas. Una decena de ellas, además, lo hicieron constar. Se acercaron al palacio de Aiete a primera hora de la tarde para entregar a los líderes internacionales un resumen de sus demandas. Se trata del manifiesto que las asociaciones y fundaciones firmaron en noviembre del 2010 y que, con el título No a la impunidad, plantea su posición ante el final de ETA. Además, el mismo grupo llevó ejemplares del libro Vidas rotas, que una representante de Lokarri --Lo que sirve para unir, en euskera, movimiento social de carácter pacifista-- prometió trasladar a los seis participantes extranjeros.

La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) arremetió con dureza contra la conferencia y su expresidente Felipe Alcaraz anunció que próximamente convocará una marcha contra las "cesiones" que, en su opinión, el Gobierno ha hecho a ETA.