Nueva etapa

Podemos busca nuevo destino a Irene Montero: cargo en el partido o el Parlamento Europeo

El partido prepara el escenario para la ruptura, con el horizonte de concurrir en solitario a las elecciones europeas de junio

Irene Montero

Irene Montero / EFE

Ana Cabanillas

Podemos continúa trabajando por que Irene Montero perdure como símbolo del partido y valora el nuevo papel de la dirigente una vez que termine su etapa en el Gobierno. La formación abre este curso una nueva hoja de ruta donde el objetivo será marcar perfil propio dentro de Sumar después de haber quedado fuertemente reducidos en el espacio, con solo cinco diputados. Y su principal palanca para reivindicarse y ganar visibilidad será precisamente la ministra de Igualdad en funciones, a quien quieren mantener en una posición destacada, ya sea mediante un cargo de relevancia a nivel orgánico o, a medio plazo, lanzando su candidatura para las elecciones europeas del próximo junio, donde ya se plantea la opción de concurrir en solitario y compitiendo en las urnas con Yolanda Díaz.

El último órdago de Podemos a la líder de Sumar pasa por exigir que Montero repita como ministra de Igualdad en caso de revalidarse la coalición y salir investido Pedro Sánchez. Sobre esta premisa han planteado su estrategia para este curso, que comenzarán con un acto para reivindicarse frente a Yolanda Díaz; una convocatoria que marca la tónica de los próximos meses y prepara el terreno para un escenario de ruptura. El clima de tensión prevé ir in crescendo conforme avance la legislatura, en línea con las tesis de los morados de mantener posiciones diferenciadas dentro de Sumar.

Ahora plantean la petición de revalidar a la ministra de Igualdad a sabiendas de las escasas posibilidades que tiene de salir adelante, en vista del fuerte desgaste que vivió la dirigente por la gestión de la crisis del sí es sí, donde se nego a asumir ninguna responsabilidad por la cascada de rebajas de penas a agresores sexuales condenados, culpando a jueces y medios de comunicación y provocando el malestar no solo en las filas del PSOE sino también en la propia Yolanda Díaz, que terminó por apartarla de las listas de las elecciones generales del pasado 23 de julio.

irene Montero.

irene Montero. / EFE

Podemos terminó sellando el acuerdo de coalición con Sumar pese a denunciar un "acuerdo injusto" tras el veto de Montero, que no hizo campaña electoral por Sumar. Durante meses habían jugado con la posibilidad de situar a la titular de Igualdad como candidata a las generales, compitiendo en las urnas con la propia Díaz. Nunca llegó a esclarecerse si esta idea era una suerte de amenaza a Sumar para mejorar posiciones dentro de la coalición o se planteaba como una opción real, porque el adelanto electoral precipitó todos los planes. El escaso margen temporal para el acuerdo, las fuertes presiones dentro del partido y las dificultades para obtener buenos resultados con el sistema electoral de 52 circunscripciones llevaron a los morados a integrarse en Sumar. Pese a firmar, Podemos no ha cejado en su ofensiva contra Díaz.

Montero, 'casus belli'

Y lejos de apaciguarse los ánimos en medio de unas negociaciones de Gobierno, las posturas están cada vez más alejadas. Esta misma semana, y tal como avanzó este medio, Yolanda Díaz dejó a Podemos fuera del reparto de portavocías del Congreso, manitando su capacidad legislativa esta legislatura en un intento de "invisibilizarles", según se precipitaron a denunciar en Podemos. Los morados también han advertido a la dirigente que no debe dar por hechos sus votos, pues responden a la dirección del partido y no a la dirigente gallega, al tiempo en que han pedido estar en la negociación con el PSOE para revalidar la coalición.

La petición de los morados de revalidar a Montero en Igualdad cumple una función más allá de que se vea o no cumplida. Porque este discurso no sólo anticipa la importancia vital que prevén para la dirigente, convertida en la cara más visible del partido tras la salida de Pablo Iglesias, sino que su rechazo sería un casus belli a la izquierda del PSOE; un argumento de peso para independizarse políticamente de Sumar, que ya ha afeado la propuesta. Pese al rechazo de Díaz de aceptar a Montero como compañera en el Consejo de Ministros, Podemos se encargará de mantener vivo el debate hasta que se conforme el nuevo Gobierno, donde ya han pedido ocupar ministerios, abonando el terreno para una futura ruptura.

Irene Montero y Pablo Iglesias.

Irene Montero y Pablo Iglesias. / EFE

Más allá de su improbable papel dentro de un futuro Gobierno, dentro de Podemos barajan la tesis de que Irene Montero se resitúe en un cargo destacado de la formación, que bien podría ser el de secretaria general, un cargo que ocupa ahora Ione Belarra, amiga íntima de la dirigente. El partido tiene pendiente de renovar distintas federaciones territoriales tras la cascada de dimisiones después de las autonómicas del 28 de mayo.

Algunas voces apuntan a que se no serían descartables unas primarias de todos los órganos, no solo territoriales sino también a nivel nacional, para elegir a sus nuevos dirigentes. Un movimiento que legitimaría a la nueva dirección en su nueva hoja de ruta, y tras esquivar dos grandes debates en los últimos meses: uno, sobre los malos resultados autonómicos y otro, sobre la relación que debe mantener con Sumar y el resto de fuerzas a la izquierda del PSOE.

Un curso de ruptura

Más allá del papel que ostente a nivel orgánico, hay otro destino que en las filas moradas atribuyen a la todavía titular de Igualdad: el Parlamento Europeo. Los elecciones europeas se celebrarán a final de curso, el 9 de junio, y Podemos tendría el tiempo suficiente para justificar un nuevo camino en solitario para esta cita electoral, después de no haberse cumplido sus expectativas políticas dentro de la coalición de Sumar.

El partido aprovecharía así la imagen de la ministra en el escaparate internacional, donde tiene una buena aceptación, contra el desgaste que sí ha sufrido dentro de nuestras fronteras. A esta empresa le ayuda también el sistema electoral de esa cita, de circunscripción única, lista cerrada y sin barrera electoral. Una fórmula que facilita la obtención de escaños y en último lugar la elección de Irene Montero como diputada en Bruselas.

En la coalición de Sumar distintos actores dan por hecho que Podemos concurrirá en solitario a esos comicios, y se trabaja también sobre ese escenario. A día de hoy, varios dirigentes destacados de la plataforma ocupan un escaño en el Europarlamento, como es el caso de su portavoz, Ernest Urtasun, que aspira a reeditar sus posición, o María Eugenia Rodríguez-Palop, persona de confianza de Díaz y encargada de articular el programa electoral de las generales.