En plena oleada de escándalos sobre actitudes humillantes del Ejército israelí en los territorios ocupados, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, declaró ayer que sus soldados "son los más éticos comparados con cualquier otro Ejército". El último escándalo en el que se han visto implicados los militares israelís es el uso de civiles como escudos humanos por un comando de élite.

"Nuestras tropas están llevando a cabo una campaña muy difícil contra los asesinos más cobardes. Si hay faltas deben ser investigadas, pero debemos entender a quién se está enfrentando el Ejército", dijo Sharon. Comprensión tras unas semanas en las que una serie de casos publicados en la prensa han puesto al Ejército en el disparadero.

Después de los casos del oficial que descargó varios cargadores sobre una niña de 13 años, el de los soldados que juguetearon con cadáveres de palestinos o el del militar que obligó a un violinista palestino a tocar para él en un puesto de control, el Ejército admitió ayer dos nuevos casos que la organización israelí de derechos humanos B´Tselem y el diario Yediot Ajronot destaparon.

El primero de ellos es una práctica antigua y prohibida por el Tribunal Supremo israelí: el uso de civiles como escudos humanos. Según denunció B´Tselem y ayer admitió el Ejército, soldados de élite del Comando Naval utilizaron a familiares de los sospechosos a los que iban a detener para que fueran a localizarlos, como parte de una rutina de actuación para no poner en peligro sus vidas. El Ejército investiga lo sucedido el pasado viernes en Yenín, donde varios civiles fueron enviados a recoger a un dirigente de la Yihad Islámica herido por miembros del comando. Cuando los civiles acercaron el herido a los soldados, éstos lo remataron.

El segundo escándalo hecho público ayer sucedió en Gaza el pasado marzo, cuando unos soldados que estaban de excursión en un asentamiento para celebrar su graduación en entrenamiento básico mataron a un palestino de 15 años. Según declaró el padre del chico a Yediot Ajronot, su hijo recibió el impacto de siete balas mientras trabajaba en un campo después de que los soldados abrieran fuego por diversión. Varios de los implicados admitieron que el joven no era una amenaza. El caso, según el diario israelí, está siendo investigado, lo que no ha impedido que el teniente coronel responsable entonces del batallón haya sido promocionado.

Para limpiar su imagen, el Ejército dijo ayer que en el 2004 ha matado a 148 palestinos, de los que sólo 29 eran civiles desarmados. Pero, según B´Tselem, los palestinos muertos son 187, de los que 111 no estaban implicados en combates. 33 de esas víctimas eran menores de 18 años.