La casa se convirtió en una bomba", declaró un policía. "¡Fue tremendo! Varias casas se derrumbaron, muchas otras temblaron y en la calle aparecieron numerosos cadáveres, en su mayoría policías", explicó a la agencia Efe Alaa Akram, un testigo. Al menos 28 personas --seis de ellas agentes-- murieron el martes por la noche en Bagdad, al estallar casi una tonelada de explosivos en una casa que acababa de ser asaltada por la policía. La detonación provocó el derrumbe de otras tres viviendas colindantes. "Parece que ha sido una trampa", declaró un portavoz del Ministerio de Interior.

Este ataque remató un día sangriento para la policía iraquí, ya que el martes otros 34 agentes murieron en una nueva ola de violencia contra las fuerzas de seguridad, sólo 24 horas después de que Osama bin Laden instara a atacar a los que colaboren con los "ocupantes".

Todo empezó cuando varios policías irrumpieron en una vivienda, en el distrito de Gazaliya, tras recibir --según algunas fuentes-- una llamada denunciando la presencia de hombres armados en la casa. "Numerosos policías llegaron al lugar y utilizaron altavoces para pedir a quienes estaban dentro que salieran sin arma, pero cuando éstos no respondieron al llamamiento, varios agentes irrumpieron en la casa que, pocos minutos después, hizo una fuerte explosión", narró Akram, que presenció el suceso.

ALQUILADA POR EXTRANJEROS Vecinos del barrio explicaron a la agencia AFP que la casa --donde el Ejército de EEUU calculó que había unos 800 kilos de explosivos-- estaba alquilada por varios hombres no iraquís, entre ellos un sudanés. Esas mismas fuentes aseguraron que vieron entrar dos vehículos cargados de armas hace dos días.

Desde su rancho de Crawford (Tejas), el presidente de EEUU, George Bush, reiteró el compromiso de su Gobierno de "mejorar la seguridad" cara a las elecciones del 30 de enero y rechazó las amenazas de Bin Laden.