La región separatista moldava de Transdniéster decidía ayer en referendo si quiere ser parte de Rusia o reincorporarse a Moldavia, y todo indica que los 417.000 electores que se han registrado en los colegios dieron un aplastante "sí" a la pregunta: "¿Considera posible continuar la política hacia el reconocimiento internacional de la República Moldava de Transdniéster para su posterior incorporación a la Federación Rusa?".

Al mediodía de ayer la participación ya había superado el mínimo requerido del 50% para dar validez al referendo, que contó con el apoyo del Kremlin pero fue rechazado por EEUU y por la UE. La consulta, convocada en mayo, fue el resultado de la ruptura por parte de los independentistas de las negociaciones con Moldavia, a la que acusaron de imponer, junto con la vecina Ucrania, un bloqueo económico a la región.

Transdniéster es una estrecha franja en la orilla oriental del río Dniéster que tiene más de medio millón de habitantes de habla rusa. En el año 1990, poco antes del desmembramiento de la Unión Soviética, este territorio proclamó su autonomía, y un año más tarde se proclamó independiente de Moldavia, desatando una guerra civil.

A pesar de que el Kremlin se comprometió en 1999 a retirar sus tropas del territorio separatista, unos 2.000 "cascos azules" rusos siguen allí, controlando los arsenales heredados de la época soviética. Rusia ha dado indicios de que podría reconocer los resultados del referendo pesar del rechazo que este suscita en las potencias occidentales.