UN AÑO después de la revuelta azafrán, la rebelión de los monjes budistas contra la Junta militar birmana, el despliegue de unos 200 policías armados y agentes camuflados en Rangún impidió ayer cualquier manifestación.
UN AÑO después de la revuelta azafrán, la rebelión de los monjes budistas contra la Junta militar birmana, el despliegue de unos 200 policías armados y agentes camuflados en Rangún impidió ayer cualquier manifestación.