Unos 1.600 kilómetros separan San Juan de Miami, pero el mensaje que ayer Barack Obama lanzó en la capital de Puerto Rico iba claramente más dirigido a los 4,6 millones de portorriqueños asentados en Estados Unidos y, sobre todo, a los casi 900.000 instalados en Florida, que a los 3,6 millones que viven en la isla caribeña.

Con un inusual y complejo estatus político-administrativo por el que es territorio libre pero asociado a Estados Unidos (donde los ciudadanos no tienen representantes en el Congreso ni pueden votar en las elecciones presidenciales, a no ser que se instalen en suelo estadounidense), Puerto Rico se había engalanado para recibir a Obama, el primer presidente estadounidense que realizaba una visita oficial y se dirigía a los isleños desde que John F. Kennedy pisase suelo de Puerto Rico, hace 50 años. En una breve intervención organizada en el mismo aeropuerto (para evitar a los independentistas), Obama, que ya había visitado la isla como candidato, abordó pronto el asunto que se considera central para los portorriqueños: el futuro de ese estatus especial del territorio.

REFERENDO "Cuando la gente de Puerto Rico tome una decisión clara, mi Administración les apoyará", dijo entre aplausos el presidente estadounidense, poniendo sobre la mesa de nuevo la propuesta que hizo en marzo su grupo de trabajo sobre Puerto Rico. Esa comisión (con competencias ampliadas en relación a la creada por Bill Clinton en el 2000) planteó un referendo en dos fases: una primera en la que se votará si se quiere mantener la relación formal con EEUU y una segunda, en la que los ciudadanos deberán decantarse entre mantener la libre asociación o anexionarse plenamente como el 51 estado de la Unión.

PRINCIPAL PREOCUPACIÓN El debate sobre ese futuro es lo que se considera popularmente "un deporte nacional" en Puerto Rico y es la principal preocupación que muestran las últimas remesas de portorriqueños asentados en EEUU, que empiezan a preferir Florida a otros estados donde tradicionalmente se han instalado, como Nueva York o Pensilvania. En general, los portorriqueños --segundo mayor grupo de hispanos en Estados Unidos tras los mexicanos-- representan un 10% del bloque de votantes latinos, pero es en Florida, un estado siempre determinante en las elecciones presidenciales, donde cada vez su peso es mayor, como demuestra un cortejo cada vez más intenso tanto por parte de los demócratas como de los republicanos.

Obama enmarcó también su viaje dentro de una apuesta por mejorar las condiciones econó- micas y sociales de la isla, donde la tasa de paro está en el 16% y donde la pobreza y el narcotráfico han disparado la violencia, haciendo que se registren al menos tres asesinatos al día. El presidente de EEUU también tuvo palabras de agradecimiento para todos los militares puertorriqueños que han participado en los conflictos de Afganistán e Irak. Tras su discurso se reunió con el gobernador, Luis Fortuño, un favorito del Tea Party que ha acometido drásticos recortes, y cerró su fugaz viaje de menos cinco horas con dos entrevistas con medios locales y un acto de recaudación de fondos.

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