El régimen de Bashar el Asad sacó ayer a sus partidarios a la calle para intentar convencer al mundo de que todavía cuenta con un gran apoyo en Siria, a pesar de las multitudinarias protestas opositoras que se viven a lo largo y ancho del país desde el pasado mes de marzo.

El Gobierno sirio reforzó su versión de que grupos armados atacan a su Ejército con la difusión de imágenes de una nueva fosa común donde están enterrados militares asesinados en Yisr al Shogur, al noroeste del país. En esta localidad, brutalmente atacada por el Ejército, se encontró el pasado domingo otra fosa con cadáveres uniformados. Damasco asegura que el 6 de junio, 120 militares fueron asesinados allí por grupos rebeldes.

Miles de personas se manifestaron en el barrio residencial de Mazzeh, en Damasco, alrededor de una bandera siria de 2.300 metros de largo y 18 de ancho, según informó la televisión estatal, que retransmitió el acontecimiento en directo. Numerosos simpatizantes de Asad agitaban banderas y mostraban retratos de su presidente mientras coreaban: "Con nuestra alma y nuestra sangre nos sacrificamos por ti, Bashar" o "Dios, Siria, Bashar". Según informó la televisión oficial, la marcha demostró "la unidad nacional y el rechazo a la injerencia extranjera".

CONDENAS Desde el exterior han llegado condenas a la violencia del régimen de Asad, como la de la vecina Turquía, donde se han refugiado ya 8.500 sirios. El Gobierno turco, que hasta ahora mantenía buenas relaciones con Damasco, recibió ayer en Ankara al enviado sirio Hassan Turkmani para buscar una salida a la crisis.

El Gobierno sirio instó ayer a la población de Yisr al Shogur a regresar a la ciudad, tres días después de que el Ejército recuperara su control a sangre y fuego. Las autoridades de Damasco aseguran que la zona ha vuelto a la normalidad, pero algunos testigos afirman que las tropas persiguen a opositores en las cercanías. La violencia continúa también en la ciudad histórica de Maarat al Numaan, de donde huyeron miles de personas por la inminente entrada de los tanques del Ejército de Asad.