El rey de Marruecos, Mohamed VI, se dirigirá este viernes a las 21.00 horas (22.00 horas en España) a la nación para anunciar una reforma de la Constitución que reducirá sus poderes y que será sometida a referendo el próximo mes de julio, según han avanzado fuentes oficiales. El monarca hace frente así a las manifestaciones que desde el pasado mes de febrero, influidas por las revueltas populares en países vecinos, reclaman reformas políticas y sociales y la instauración de una monarquía constitucional. Según las fuentes oficiales, Mohamed VI "va a presentar las grandes líneas de la revisión constitucional que han debatido los partidos políticos y que se hará pública después del discurso real". El rey pedirá a la población que en el referendo vote sí a la reforma de la Carta Magna. El pasado marzo, a raíz de las protestas populares, el régimen creó una comisión encargada de elaborar las reformas bajo la presidencia del jurista Abdeltif Menouni y sus conclusiones ya han sido presentadas a los partidos políticos marroquís. Las reformas previstas consisten en limitar los poderes del rey en favor del primer ministro, que se convertira en el verdadero jefe del Gobierno. El primer ministro será el encargado de nombrar los cargos más relevantes de la Administración. "Queremos una monarquía parlamentaria, democrática y social", ha subrayado el ministro encargado de las relaciones con el Parlamento, Driss Lachgar. "Ello supondrá que el primer ministro será el jefe real del poder ejecutivo", ha añadido Lachgar, que es uno de los dirigentes de la Unión Socialista de las Fuerzas Populares (USFP), que forma parte de la coalición en el Gobierno. Este incremento de poderes del primer ministro es también lo que más ha destacado Selon Nabil Benabdallah, secretario general del Partido del Progreso y del Socialismo (PPS, también en el Gobierno). Mientras, el partido islamista Justicia y Desarrollo (PJD, en la oposición) ya ha amenazado con votar contra la futura Constitución si esta incluye la "libertad de creencias". Según los islamistas, esta "libertad de creencias" tendría consecuencias nefastas sobre la identidad islámica de Marruecos. El movimiento ciudadano que reclama reformas, bautizado con el nombre de Movimiento del 20 de febrero y que ha boicoteado la comisión de Menouni, el objetivo es ir hacia la separación de poderes real. "Para que eso sea posible, todas las autoridades deben ser controladas y su responsabilidad política debe emanar de las urnas", ha señalado el activista Aba Dila.