Una niña afgana de ocho años murió ayer al explotar la bomba que transportaba en una bolsa cuando se dirigía a un puesto de la policía en la provincia de Uruzgán, sito al sur de Afganistán.

"Los talibanes querían que la pequeña dejara la bolsa con el artefacto explosivo en una comisaría en el área de Uesbala, en el distrito de Charchino, pero accionaron el control remoto antes de tiempo", explicó el portavoz del Ministerio afgano de Interior, Sediq Sediqui, quien precisó que la deflagración no causó más víctimas mortales.

No es la primera vez que los grupos extremistas utilizan niños. Hace unos días, las fuerzas de seguridad paquistanís detuvieron a una niña de ocho años con un chaleco con explosivos en un control de la región de Dir. La menor dijo que tres insurgentes la secuestraron y la sedaron antes de ponerle el chaleco.