Al menos tres civiles y un policía han muerto en un ataque suicida registrado en la capital de Afganistán contra un convoy de las tropas internacionales, que también han sufrido bajas, según distintas fuentes oficiales.

El suceso ha ocurrido en la plaza de Darulamán en torno a las 11.15 de la mañana hora local (06.45 GMT), ha afirmado el jefe de la Policía de Kabul, Hashmat Stanikzai, y ha sido cometido por un insurgente que circulaba en un vehículo cargado de explosivos.

En un comunicado, la misión de la OTAN en Afganistán ha informado además de que el ataque ha causado daños graves en uno de sus vehículos y varias "bajas" entre sus fuerzas, sin llegar a precisar si se trataba de muertos o heridos.

Los muertos confirmados son tres civiles y un policía, según el portavoz del Ministerio afgano de Interior, Sediq Sediqi.

La zona del ataque se encuentra bajo control de las fuerzas de seguridad de Kabul, una ciudad que se ve obligada con regularidad a hacer frente a este tipo de ataques.

Los insurgentes talibanes suelen recurrir a ataques suicidas como parte de sus intentos para lograr la salida inmediata de las tropas internacionales desplegadas en el país y la caída del Gobierno afgano, encabezado por el presidente, Hamid Karzai.

Asimismo, una terrorista suicida ha hecho detonar una carga explosiva en la provincia oriental de Kunar y ha herido a dos policías a las puertas de un edificio gubernamental, informa el jefe policial regional, Mohammad Hewaz.

Por otra parte, dos soldados australianos de la misión de la OTAN en Afganistán han sido asesinados en el sur de Afganistán por un "individuo vestido con un uniforme" del Ejército afgano al que luego tirotearon y mataron, según distintas fuentes oficiales.

El agresor dirigió su arma contra las fuerzas afganas y de las tropas internacionales", ha afirmado en un comunicado la misión de la OTAN en el país, que no ha proporcionado más detalles sobre el lugar o las circunstancias de los hechos.

"Los dos muertos eran soldados australianos --ha asegurado el portavoz del Ministerio afgano de Defensa, Zahir Azimi--. No sabemos aún si el agresor era soldado o un impostor con uniforme del Ejército, pero lo estamos investigando".

Los ataques contra los soldados extranjeros a cargo de falsos soldados o agentes de Policía --en realidad, insurgentes infiltrados-- se han convertido en un quebradero de cabeza para las fuerzas internacionales desplegadas en Afganistán.

Un soldado de la OTAN murió el 4 de agosto tiroteado en el este del país por un individuo que vestía un uniforme de la Policía, y en julio un militar británico murió a manos de otro insurgente uniformado en Helmand (suroeste del país).