La Comisión Europea, la presidencia semestral danesa de la Unión Europea (UE) y la mayoría de los grupos políticos del Parlamento Europeo han coincidido en que existe un 'grave problema' democrático en Hungría, sin que la intervención del primer ministro húngaro, Viktor Orban, ante el pleno de la Eurocámara lograra disipar ninguna de las dudas planteadas por la actuación de su Gobierno conservador desde hace más de un año por sus restricciones a la libertad de prensa, el socavamiento de la independencia judicial, del Banco Central y de la protección de datos y por el bloqueo legislativo al exigir que numerosas leyes solo puedan modificarse por mayorías especiales.

Orban solo ha obtenido el respaldo de su propio grupo político, el popular, y de los grupos extremistas, mientras que el resto de grupos de la Eurocámara han criticado con dureza el comportamiento político del Gobierno húngaro. Incluso los conservadores euroescépticos han destacado que 'algo va muy mal en Hungría' porque 'se ha aplastado el estado de derecho'. 'Todos los estados de la UE han de cumplir las normas del Tratado. Esto también se aplica a Hungría', ha señalado el ministro danés de Asuntos Europeos, Nicolai Wammen, al iniciarse un debate monográfico en la Eurocámara sobre la deriva autoritaria que se está produciendo en Hungría.

La presidencia semestral danesa de la UE ha apoyado el expediente abierto por la Comisión Europea a Hungría y ha expresado su confianza en que se resuelva 'esta situación tan grave'. Falta de objetividad y conocimiento El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha explicado que el Gobierno húngaro había hecho caso omiso de las sucesivas advertencias contra los proyectos de ley cuestionados y que solo después de la apertura del expediente Orban se ha mostrado abierto a buscar una 'solución legal' a las leyes cuestionadas sobre el poder judicial, el Banco Central y la protección de datos.

Barroso ha subrayado que más allá de esas cuestiones puntuales hay un problema 'sobre la cualidad de la democracia en Hungría' y de cómo se aplican las normas en la práctica y en la vida política y social del país. Barroso ha explicado que la Comisión Europea también ha enviado una carta para expresar su 'preocupación' por la libertad de prensa en Hungría y que está colaborando con el Consejo de Europa que también está alarmado por el comportamiento del Gobierno húngaro.

Orban ha intentado minimizar la gravedad de la situación y se ha presentado como un gran reformista que está intentado transformar un país que estaba abocado al caos. Orban ha asegurado que los problemas planteados por la Comisión Europea 'pueden resolverse de forma fácil, rápida y eficaz' y ha calificado de 'errores' por 'falta de objetividad y conocimiento' las críticas que se le habían formulado.