Los líderes mundiales subrayaron ayer su preocupación por la amenaza nuclear, en la clausura de una reunión que ofreció poco más que solemnes discursos. La cincuentena de representantes cerraron la Cumbre de Seguridad Nuclear en Seúl sin haber acordado medidas concretas sobre cómo incrementar la seguridad de los depósitos de uranio o plutonio, entorpecer su contrabando e impedir que caiga en manos de los terroristas.

La cumbre estuvo lastrada por la ausencia del programa oficial de Corea del Norte e Irán. En las reuniones bilaterales Obama halló el compromiso para una actuación conjunta ante el inminente lanzamiento de un misil norcoreano de largo alcance. Pyongyang reiteró que el lanzamiento, previsto para mediados de abril, tiene fines pacíficos.