Una coalición de organizaciones no gubernamentales ha criticado la decisión del Gobierno de Estados Unidos de no incluir a Uzbekistán en su Informe Anual sobre Trata de Personas en el Mundo (GITP), publicado el pasado 19 de junio, en la lista de países que no cumplen las normas mínimas para combatir el trabajo forzoso e infantil, una práctica que las ONG consideran generalizada en el sector del algodón de este Estado de Asia Central.

En una carta enviada a la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, la coalición ha señalado que de esta manera envían un mensaje equivocado al Gobierno de Uzbekistán y ha pedido a Washington que presione a Taskent para que invite a la Organización Internacional del Trabajo a controlar la cosecha de algodón 2012, ha informado Human Rights Watch (HRW) en un comunicado.

Steve Swerdlow, investigador de Asia Central de HRW, ha explicado que "la inadecuada clasificación de Uzbekistán por quinto año consecutivo es totalmente incoherente con la evidencia bien documentada de sus abusos sistemáticos", y ha añadido que de esta manera Estados Unidos ha enviado el mensaje de que "esclavizar a los niños con fines de lucro en condiciones abusivas es gratuito."

Según la Ley de Reautorización de Protección de las Víctimas de la Trata de Seres Humanos (TVPRA) de Estados Unidos, el Gobierno uzbeko debe demostrar que hace "esfuerzos significativos" para eliminar el trabajo forzoso a fin de evitar que sea catalogado como un país de nivel III, es decir, que no cumple con las condiciones mínimas para combatir esta problemática. Dicha categoría implica la amenaza de sanciones.

Según HRW, las autoridades uzbekas utilizan un sistema de producción de algodón que en la práctica se basa en la utilización de trabajo forzoso, mientras sistemáticamente niegan esta situación y toman medidas enérgicas contra los activistas de derechos que tratan de controlarla.

Por su parte, el vicepresidente de Comercio Internacional de la Asociación Americana de Vestido y Calzado (AAFA), Nate Herman, ha puntualizado que el trabajo forzoso en Uzbekistán se ha mantenido durante demasiado tiempo y debe terminar con urgencia, y que el informe estaodunidense de este año "perdió una oportunidad crucial para poner fin pronto a esta práctica abominable".

La causa: cuotas estatales

Los informes sobre la cosecha de 2011 realizada por grupos locales y estudios académicos resaltan la utilización de coacción para que niños de 10 años y adultos trabajen en la producción de algodón, a fin de poder cumplir con las cuotas del Gobierno, indica el comunicado.

El documento del Departamento de Estado identifica el sistema de cuotas para la producción de algodón del Gobierno uzbeko como una causa fundamental del trabajo forzoso. "A pesar de que claramente Taskent no ha hecho ningún progreso en el tratamiento de la cuestión, el Departamento de Estado renunció a la amenaza de sanciones, como lo hizo el año pasado", destaca la nota de prensa.

El GITP sí reconoce que durante la cosecha del algodón las condiciones de trabajo incluyen largas horas, insuficiente comida y agua, la exposición a pesticidas dañinos, abuso verbal y vivienda inadecuada, y también señala que el trabajo forzoso e infantil en Uzbekistán fue mayor que en los años anteriores.

La coalición firmante de la carta incluye organizaciones de Derechos Humanos, sindicales, de la industria del vestido, distribuidores al por menor e inversores, entre otros.