Un grupo armado ha secuestrado este viernes a cuatro cooperantes extranjeros del Consejo Noruego de Refugiados y a un conductor keniano en el campo de refugiados de Dadaab, en Kenia, cerca de la frontera con Somalia, según informó la Policía. "De momento no tenemos confirmadas las nacionalidades de los cuatro trabajadores extranjeros secuestrados", declaró a Reuters el subjefe regional de Policía, Philip Ndolo. "Sospechamos que el secuestro pudo ser obra de simpatizantes de Al Shabaab", la milicia islámica vinculada a la red Al Qaeda, añadió.

Según Ndolo, los asaltantes dispararon contra un convoy formado por dos vehículos. Uno de ellos pudo escapar pero el otro fue capturado. "Dispararon contra el primero de los dos vehículos, que pudo escapar. En él había otros trabajadores. Los cooperantes se dirigían a un campamento procedentes de otro", prosiguió. Uno de los dos conductores resultó herido, precisó.

La Policía y el Ejército se han lanzado a la captura de los secuestradores, que se han dirigido a la frontera, según informaron fuentes policiales.

El Consejo Noruego de Refugiados, con sede en Oslo, ha confirmado que se ha producido un incidente con un convoy de la organización en Dadaab en el que se ha visto implicada su secretaria general, Elisabeth Rasmusson, "pero ella se encuentra a salvo", declaró el director de apoyo e información del Consejo, Rolf Vestvik. "Podemos confirmar que nuestra secretaria general participaba en el convoy y que se encuentra ilesa y a salvo. Estamos intentando conseguir más informaciones sobre lo sucedido", añadió.

Se trata del primer secuestro de extranjeros desde que Kenia envió sus tropas a Somalia el pasado mes de octubre para combatir a Al Shabaab, días después del secuestro de dos trabajadoras españolas de Médicos sin Fronteras (MSF) que permanecen todavía en poder de sus captores.

Los campos de refugiados de Dadaab, localizados a unos cien kilómetros de la frontera con Somalia, fueron establecidos en 1991 para albergar a los somalíes huidos de la violencia en su país. Con el tiempo se ha convertido, con casi 500.000 habitantes, en el mayor complejo de acogida de refugiados del mundo.