El presidente de Siria, Bashar el Asad, ha confimado su disposición a poner bajo control internacional, como exige la ONU, el arsenal químico sirio, aunque ha insistido en sus recelos sobre los "problemas técnicos" a la hora de llevar a cabo ese proceso. Uno de esos problemas es la presencia de "terroristas", término con el que se refiere a la oposición armada. Asimismo, Asad se ha manifestado dispuesto a dejar el cargo aunque no en medio de un conflicto bélico.

"Si abandonar mi cargo contribuyera a mejorar la situación, no tendría reparos, pero ahora debo seguir en mi puesto", ha señalado Asad en una entrevista concedida al canal de televisión italiano Rainews24 y difundida a última hora del domingo. "En medio de una tempestad no se abandona la nave; mi misión es llevar la nave al puerto, no abandonarla", ha argumentado en la entrevista, la primera que concede a un medio extranjero tras la reciente resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el desmantelamiento del arsenal químico de Siria.

El líder sirio ha insistido en que no fue su Ejército, sino la oposición armada la que empleó armas químicas contra civiles el pasado 21 de agosto en los alrededores de Damasco.

Respecto a un eventual proceso de paz, Asad se ha mostrado abierto a entablar negociaciones con la oposición en la esperada conferencia de paz Ginebra II, pero solo en caso de que "renuncien a las armas". Si los rebeldes están armados, "no son oposición, son terroristas", ha destacado. "No podemos discutir con terroristas, con Al Qaeda y sus afiliados", ha enfatizado.