La Fiscalía Federal belga inculpó ayer a Mohamed R., detenido el jueves en la ciudad de Amberes tras conducir a gran velocidad por una calle peatonal con su vehículo y provocar el pánico entre los viandantes, «de tentativa de asesinato con carácter terrorista» y de infringir la legislación sobre armas.

En un comunicado, la Fiscalía precisó que se trataba de un hombre de nacionalidad tunecina, en lugar de francesa como se había apuntado en las primeras informaciones sobre el suceso. No dio más datos en interés de la investigación en curso y no informó del contenido del bidón que el sospechoso llevaba en el maletero del vehículo.

El inculpado intentó arrollar a las personas que se encontraban en una céntrica calle peatonal de la capital de Flandes. Aunque el hombre se dio a la fuga, fue detenido posteriormente y en su vehículo se encontraron diversas armas.

Según la prensa belga, el individuo conducía en estado de embriaguez y no estaría fichado por los servicios antiterroristas franceses, aunque sí por lo está por delincuencia y drogas.

El diario Le Soir había llegado a apuntar la hipótesis de que el detenido circulaba «por error» por la arteria comercial y perdió el control del vehículo al estar bajo los efectos del alcohol. Según fuentes de la investigación, el individuo aparentaba ser un drogadicto que solo decía incoherencias y negaba haber estado en el lugar de los hechos.

Aunque no provocó heridos, el incidente sembró el pánico en la ciudad flamenca por el parecido con otros ataques, como el que tuvo lugar el pasado miércoles en el centro de Londres. El jefe de Policía de Amberes, Serge Muyters, explicó que «los peatones tuvieron que saltar a los lados de la calzada para evitar ser atropellados».

Bélgica, que el pasado miércoles conmemoró con diversos actos el aniversario de los atentados del 22 de marzo del 2016, mantiene la vigilancia reforzada.