El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó ayer de «ridículo» el bloqueo de un juez a su orden ejecutiva de negar fondos a las ciudades que rechacen colaborar con las autoridades federales en la deportación de inmigrantes, es decir, las conocidas como ciudades santuario. El juez que bloqueó la iniciativa, William Orrick, ha logrado frenarla solo de forma temporal, puesto que el Gobierno estadounidense está dispuesto a recurrir al Tribunal de Apelaciones del Distrito Noveno, la institución jurídica inmediatamente anterior al Tribunal Supremo. El mismo tribunal fue el encargado, tiempo atrás, de paralizar otra de las iniciativas antiinmigración de Trump, concretamente la que prohibía a los pasajeros de una serie de países musulmanes entrar en EEUU.

«¡Nos vemos en la Corte Suprema!», avanzó el presidente en su cuenta personal de Twitter tras calificar de «ridículos» los dos bloqueos del juez a dos de sus órdenes ejecutivas. En su serie de tuits, Trump aseguró que el tribunal de apelaciones del distrito noveno tiene «un récord terrible» en cuanto a decisiones tomadas y posteriormente anuladas, «de cerca del 80%».

En el documento en el que justifica su decisión, el juez Orrick señala que la orden ejecutiva que firmó Trump en su primera semana en el poder, la de las ciudades santuario, viola la Constitución porque es el Congreso, y no el Ejecutivo, el encargado de aprobar el presupuesto, por lo que el presidente no puede arrebatar fondos a entidades locales.

La decisión del juez Orrick, nombrado por Barack Obama en el 2012, no ha sentado bien a la Casa Blanca. «El fallo erróneo de este juez de San Francisco es un regalo a las bandas criminales y los cárteles en nuestro país, que empodera las peores formas de trata de personas y explotación sexual y pone en riesgo miles de vidas inocentes», apuntó en un comunicado el martes por la noche.

El fallo afecta a las cerca de 200 ciudades santuario que protegen de la deportación a los inmigrantes, entre las que figuran grandes urbes como Los Ángeles, Chicago y Nueva York, gobernadas por la oposición demócrata. El Gobierno de Trump no ha reculado y ha anticipado que mientras avanza el proceso judicial perseguirá a las ciudades santuario con «todos los recursos legales».

La ciudad de San Francisco y su condado de Santa Clara, que incluye a la ciudad de San José y Silicon Valley, habían demandado al Gobierno de Trump por considerar que la orden ejecutiva del presidente causa un daño «irreparable» al pueblo estadounidense y al «tejido mismo» de su Gobierno.

El condado de Santa Clara, por ejemplo, argumentó que el 35% de su presupuesto anual depende de los fondos del Gobierno federal de los EEUU, que le otorga 1.700 millones de dólares, por lo que la orden del presidente Donal Trump le impide planificar en qué gastar los millones de dólares que recibe cada día.