Final dramático

Kevin McCarthy, elegido presidente de la Cámara Baja del Congreso de EEUU

En la 15ª votación y en una sesión nocturna llena de drama y tensión el republicano aplaca finalmente la revuelta de los más extremistas | Logra la elección gracias a un paquete de concesiones a demandas de los ultraconservadores que afectarán su poder y la acción legislativa

Kevin McCarthy, elegido presidente de la Cámara de Representantes tras 15 votaciones.

Vídeo: LaPresse/Agencia Atlas Foto: REUTERS

Idoya Noain

Han hecho falta 15 votaciones y cuatro días que han entrado en la madrugada del quinto con caos y drama y un triste espectáculo pero la Cámara Baja de Estados Unidos ha elegido finalmente a su presidente y podrá, tras días paralizada, empezar su trabajo legislativo.

En una noche cargada de tensión que llegaba justo en el segundo aniversario del asalto al Capitolio, y de la sesión nocturna de 2021 en que se certificó la victoria de Joe Biden tras aquella insurrección, Kevin McCarthy, el republicano que ha enfrentado una revuelta de una veintena de los miembros más radicales de su partido, ha conseguido gracias a una serie de importantes concesiones a los ultraconservadores aplacar esa revuelta y ser elegido ‘speaker’.

Esa elección ha llegado en una sesión que ha estado a punto de descarrilar, de nuevo, para McCarthy, y que ha dejado en evidencia una vez más los problemas que puede enfrentar con el ala más extremista de su bancada, a la que ha dado enorme poder para cumplir su ambición de llegar al cargo.

Drama final

El esprint final de McCarthy ha sido dramático. Tras conseguir quebrar la revuelta este viernes por la mañana con sus concesiones y llevarse en dos votaciones 15 de los votos republicanos de los 21 que le habían estado impidiendo alcanzar la mayoría, la sesión se ha suspendido hasta las 10 de la noche para continuar las negociaciones.

Cuando se ha iniciado es sesión nocturna McCarthy entraba a la ronda 14 de votación con absoluta confianza en su victoria, gracias a algún tipo de acuerdo con los seis congresistas rebeldes que quedaban y que permitiría que las matemáticas salieran. “Tengo los votos”, decía el californiano confiado.

Las cosas no han salido, no obstante, como había calculado y McCarthy ha sufrido otra humillación. Cuatro republicanos han votado por otros candidatos y aunque Lauren Boebert y Matt Gaetz han cambiado sus votos a “presente” la mayoría no ha llegado.

Se han desatado entonces el caos y la rabia y se han vivido momentos bochornosos, con tensión incluso física en la cámara. McCarthy ha cruzado airadas palabras con Gaetz. Mike Rogers, un congresista republicano, ha tenido que ser físicamente contenido por un colega cuando se acercaba amenazante al congresista de Florida.

Marjorie Taylor Greene, otra congresista radical pero que ha estado apoyando a McCarthy en este proceso, recorría la cámara con un teléfono móvil en el que tenía una llamada del expresidente Donald Trump, que también ha estado respaldando la presidencia de McCarthy.

El caos ha continuado cuando tras el fracaso de esa votación se ha votado para suspender la sesión hasta el lunes. Y aunque esa suspensión en un momento ha llegado a contar con la mayoría, se han hecho acuerdos sobre la marcha y los propios republicanos han decidido continuar la sesión para llegar al decimoquinto voto, que ha sido en el que finalmente McCarthy ha sido elegido. El recuento final: 216 votos a su favor, 212 para el demócrata Hakeem Jeffries y seis "presente".

Las concesiones

Más allá del espectáculo de estos últimos días, la primera vez en un siglo en que no se elegía a un presidente de la Cámara en la primera votación, y la primera desde mediados del siglo XIX en que hacían falta tantas rondas de voto, la resolución de este histórico impasse tiene consecuencias. Y es que solo ha sido posible por la disposición de McCarthy a pactar con la ultraderecha, que ratifica e intensifica su peso decisivo en el Partido Republicano y en la Cámara Baja.

Aunque el pacto no se ha hecho oficialmente público se conocen ya varios de sus elementos. McCarthy, por ejemplo, ha aceptado que un solo congresista pueda iniciar el proceso para destituir al ‘speaker’. En el anterior Congreso solo podía iniciar esa moción de censura el liderazgo de los partidos y McCarthy en las primeras negociaciones había accedido a que pudieran hacerlo cinco representantes. Aseguró entonces que ese número era su línea roja pero ha acabado traspasándola y bajando hasta uno solo, algo que es ampliamente interpretado como un debilitamiento de su propio poder.

Significativamente también McCarthy ha accedido, según diversas informaciones, a elevar la representación de los ultraconservadores en comités clave de la Cámara. Y una cesión fundamental es que ese ala conservadora podrá elegir a un tercio de los integrantes del poderoso comité de Reglas, que decide qué legislación llega a debatirse en la Cámara y cómo.

El gasto federal y el techo de la deuda

También es vital para los dos próximos años en Washington otra concesión que ha hecho McCarthy a las reclamaciones de los miembros más extremistas de su partido: cuando se aborde en la Cámara legislación relativa al gasto público se permitirá que un solo legislador pueda someter a debate y votación un número ilimitado de cambios a la propuesta de ley. Y esa medida hace temer que vayan a ponerse en peligro leyes de presupuestos de gobierno o defensa. También hace que se augure una potencial crisis cuando, a finales de este año, llegue el momento de tener que elevar el techo de la deuda.

El paquete de acuerdo, además, incluye según varios medios la promesa de realizar votos concretos sobre inmigración y sobre el límite de mandatos de los legisladores.