Nueva normativa

La UE rebaja la ambición de la norma ‘Euro 7’ para proteger a la industria del automóvil

El acuerdo de los Veintisiete, a negociar con el Parlamento Europeo, impone límites a las emisiones de los frenos y neumáticos de los coches y a la durabilidad de las baterías

Los coches de los ministros son contaminantes

Los coches de los ministros son contaminantes

Silvia Martínez

Los ministros de industria de la Unión Europea han cerrado este lunes un acuerdo político sobre el reglamento ‘Euro 7’, la nueva normativa que regulará las emisiones contaminantes de los vehículos a motor -turismos, furgonetas, camiones y autobuses-, motores y componentes, como frenos y neumáticos así como la durabilidad de las baterías. El texto del Consejo, que ahora deberá ser negociado con el Parlamento Europeo, rebaja la ambición de la Comisión Europea al retrasar la entrada en vigor de las exigencias para proteger a la industria europea del motor.

“Nuestra posición quiere continuar el camino de liderar la movilidad del futuro y adoptar niveles de emisiones realistas para los vehículos de la próxima década, al mismo tiempo que ayudamos a nuestra industria a dar el salto definitivo hacia coches no contaminantes en 2035”, ha resumido el ministro de industria en funciones, Héctor Gómez, que ha presidido la reunión. Durante su intervención en el encuentro el ministro ha recordado que la industria del automóvil está sufriendo desafíos “sin precedentes” relacionados con las consecuencias de la guerra de Ucrania, el acceso limitado a las materias primeras y el aumento de los precios de la energía y que el pacto cerrado por los Veintisiete refleja esa situación.

“A la vista de estos factores, en los debates sobre la propuesta Euro 7 fue especialmente importante encontrar un término medio entre la necesidad de mejorar la calidad del aire y proteger la salud humana, por un lado, y lograr que la industria europea del automóvil siga siendo competitiva en la escena mundial, por otro”, ha explicado Gómez sobre una propuesta que había generado mucha polémica y oposición en países fabricantes, como Francia, República Checa y Polonia -todos ellos han secundado finalmente el pacto- y en la propia industria.

La industria, satisfecha

Finalmente, ha sido recibido como “un paso en la buena dirección”, ha celebrado la Asociación europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) que considera que el compromiso diseñado por la presidencia española de la UE es un avance. “En comparación con lo que está en vigor hoy en día, la Euro 7 es mucho más amplia para los coches nuevos, las furgonetas y, en particular, los vehículos pesados, lo que requiere importantes esfuerzos de ingeniería y pruebas. Como tal, requerirá enormes inversiones adicionales de nuestra industria en un momento en el que está invirtiendo todos sus recursos en la descarbonización”, ha recordado el director general de ACEA, Sigrid de Vries, sobre las necesidades que plantea la prohibición a partir de 2035 de los coches de gasolina, diésel e híbridos.

La UE empezó a introducir límites a las emisiones para los vehículos en 1992. Desde entonces había ido gradualmente endureciendo las exigencias. El acuerdo alcanzado este lunes mantiene sin cambios las condiciones de los ensayos y los límites de emisiones existentes para los turismos y furgonetas establecidos en la norma ‘Euro 6’. En el caso de los vehículos pesados -autobuses y autocares así como otros vehículos comerciales- se reducen los límites de emisiones y se intrododucen ajustes mínimos en las condiciones de ensayo. Además, incluye referencias al nuevo objetivo de cero emisiones de CO2 propuesto para los autobuses urbanos.

Frenos y neumáticos

La gran novedad de la normativa es que, por primera vez, regulará los límites de emisiones de las partículas procedentes no solo del tubo de escape sino también de los frenos y los límites del índice de abrasión de los neumáticos que se alineará con las normas internacionales adoptadas por la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (CEPE). La norma también establece plazos para la adopción de actos de ejecución (por parte de la Comisión) con el fin de proporcionar a los agentes económicos claridad y seguridad jurídica. El plan inicial de la Comisión Europea abogaba porque el nuevo reglamento entrara en vigor el 1 de julio de 2025, una fecha extremadamente "ambiciosa" y "poco realista" para la mayoría de los Estados miembros que han decidido aplazarla. El compromiso de la presidencia, que todavía tendrá que ser negociado y acordado con la Eurocámara, propone que entre en vigor 30 meses después de la adopción para vehículos y turismos particulares y 42 meses para vehículos pesados.