Sanidad

Asia sube la guardia frente a la ola de enfermedades respiratorias que sufre China

Taiwán ha desaconsejado este jueves a niños, ancianos y enfermos que viajen a China y que, si carecen de elección, actualicen sus vacunas

Un ciudadano se somete a un test.

Un ciudadano se somete a un test. / EFE

Adrián Foncillas

“Estamos en guardia”, ha avanzado el Ministerio de Sanidad tailandés. “Estamos revisando las medidas frente a enfermedades respiratorias como precaución adicional”, ha tranquilizado el indio. Asia se prepara ante la posible llegada de las neumonías y otras dolencias que está padeciendo China. “En alerta pero no alarmados” es la fórmula gastada estos días que devuelven ciertas sensaciones del infausto invierno de 2019. Insiste China y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en que el alud de ingresos no responde a nuevos patógenos sino a los viejos conocidos pero Asia, al contrario que Occidente, peca por exceso y no le ha ido mal.

Taiwán ha desaconsejado hoy a niños, ancianos y enfermos que viajen a China y que, si carecen de elección, actualicen sus vacunas. La isla desconfía de China desde que escondió bajo la alfombra la pandemia del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS) que dejó 800 muertos a principios de milenio. Vietnam ha pedido más información a la OMS y al Centro Nacional de Prevención de Enfermedades de China sobre el brote y propondrá que se adopten medidas globales si el virus se expande. El país sufre ya en su mitad meridional la saturación de algunos hospitales infantiles por un cóctel de virus estacionales.

Ecos del covid

En India, la principal autoridad sanitaria estatal ha pedido a todos los estados que evalúen sus medios para combatir un súbito aumento de enfermedades respiratorias: personal, camas, medicinas, vacunas contra la gripe, oxígeno, trajes aislantes, kits de detección… El país ya registra un sustancial incremento de las muertes por gripe, de las siete del pasado año a las 53 del presente. Tailandia recomienda la mascarilla y el frecuente lavado de manos y ha extremado la vigilancia en hospitales y destinos turísticos.

El norte de China suma ya cinco semanas bajo una inusual ola de enfermedades respiratorias y las mascarillas han regresado al transporte público. Algunos centros médicos rozan la saturación, en las redes sociales circularon fotografías de cientos de enfermos con sondas en la sala de espera de un hospital de Nanjing (provincia oriental de Jiangsu) y el director de un centro infantil pequinés lamentó que los 7.000 pacientes diarios excedían en mucho su capacidad.

ProMed, un sistema de vigilancia global de nuevas enfermedades, habló de “neumonías no diagnosticadas”, la OMS pidió a China información adicional a la que había ofrecido en rueda de prensa y las alarmas saltaron. No son habituales esas peticiones de forma pública. Pero la respuesta fue rauda y clara. Al día siguiente, y por videoconferencia, Pekín suministró todos los resultados de laboratorios y otros datos requeridos que demuestran que son bacterias y virus conocidos, y no un nuevo patógeno, los causantes de la ola. Los expertos la achacan al fin de las estrictas restricciones del covid, ahora hace un año, y a la actual circulación de varios virus. Aseguran que aquella política de cierres y cuarentenas, que se alargó durante tres años, limitó también la propagación de patógenos comunes y creó una brecha de inmunidad que ahora, ya sin esos diques y con los fríos invernales, hace a las personas más vulnerables. Algunos de los patógenos que circulan, como el virus respiratorio sincitial (VRS) o el Mycoplasma penumoniae, atacan más a los menores que a los adultos, lo que explica el incremento de enfermedades en los primeros.