Guerra al ruido. Las estaciones de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) de la provincia de Castellón controlan desde ayer los niveles de ruido que emiten los vehículos. Comienza así una seria lucha contra la contaminación acústica que provocan muchos vehículos y ciclomotores, al cumplirse seis meses desde la publicación del decreto que establece cómo medir el nivel sonoro.

Los más de 330.000 vehículos censados en la provincia de Castellón deben afrontar desde ayer estos controles de ruido. No pueden superar en cuatro decibelios el valor establecido para cada marca, que suele estar entre los 70 y 80 decibelios. El nivel máximo permitido para algunos ciclomotores será de 91 decibelios.

Además, desde ayer, pasar la inspección técnica de vehículos costará ocho euros más a los conductores por someterse a esta revisión. Una tarifa que se suma a la tasa de inspección que se cobraba hasta el momento.

Los más de 30.000 ciclomotores censados en la provincia, no obstante, tendrán todavía un plazo de seis meses --a contar desde ayer-- para someterse a esta revisión. Hasta ahora éstos no tenían que presentarse a la inspección técnica de vehículos.

Este decreto prohíbe, además, la circulación de vehículos a motor sin silenciador o bien con tubos resonadores. Es por esto que trucar los ciclomotores de forma que circulen con el escape libre o ciertas prácticas habituales entre los tuneros como usar tubos de escape inapropiados pueden estar perseguidos.

La medida ha sido acogida con satisfacción por las asociaciones de vecinos. No en vano, un estudio del Instituto Nacional de Estadística revela que un 32% de los ciudadanos de la provincia considera los ruidos exteriores como la principal molestia en sus hogares, tasa que se eleva al 40,8% en Castellón capital.

Y es que, como explicaba Juan Aguilar, presidente de la Asociación de Vecinos de La Guinea, "el ruido producido por el tráfico es muy molesto en general, pero especialmente el causado por las motos. Por la noche, estas vibraciones quitan el sueño, especialmente a las personas mayores y a los enfermos". Éste exigía más control policial.