Si Rumanía entra en la Unión Europea en el 2007 sus ciudadanos podrán votar sólo en las elecciones municipales y europeas, pero no en las autonómicas y generales.

Eso es lo que especifica la ley española que se adaptó a la normativa comunitaria del voto en las elecciones municipales en 1989, según informó a este periódico la Oficina del Parlamento Europeo en España. O dicho de otra manera, los inmigrantes comunitarios pueden votar sólo allí donde residen y pagan sus impuestos, y en Europa al ser ciudadanos europeos, pero no en las autonómicas y generales al no ser ni valencianos ni españoles.

El cambio del panorama político que puede producirse en Castellón no es nuevo en muchos de los municipios de la costa alicantina, donde existen grandes colonias de extranjeros comunitarios que se han integrado en la política municipal. Quizá el ejemplo más claro de todos ellos sea Alfás del Pi, municipio cosmopolita en el que conviven más de 50 nacionalidades, donde, desde hace años, hay concejales extranjeros que han concurrido en candidaturas de los partidos grandes de ámbito nacional.