Formación de los trabajadores y ocupar un segmento del mercado que se encontraba huérfano de representantes son las claves del éxito de una panadería de la calle Escultor Viciano de la capital de la Plana.

La gran cantidad de inmigrantes rumanos que, desde hace unos años, eligieron Castellón como destino para empezar una nueva vida más próspera provocó que estas personas añoraran los productos más típicos de su tierra de origen, como los relacionados con la panadería y la repostería.

"Como son muchos los rumanos que viven aquí, buscaban estos productos, que son los más tradicionales de allí", reconoce a Mediterráneo Mihaela Costin, trabajadora de 24 años de este establecimiento.

Pero, ¿quién mejor que especialistas en la panadería y la repostería de aquel país del Este para preparar estos productos? Así, el público los podría identificar como propios. Y es en este planteamiento en el que entra un aspecto caudal, el de la formación. "Todos hemos aprendido el oficio aquí", asegura Mihaela, quien añade que "aún hay gente que pregunta para trabajar".

Como premio a este esfuerzo por la formación entre los inmigrantes, esta panadería recibirá una subvención en este sentido de la Asociación de Inmigrantes de los Países del Este. Además, también hay un alumno de esta especialidad trabajando en Burriana. Después de la Pascua rumana, llegarán dos alumnos más a la panadería capitalina, donde podrán aprender entre uno y dos meses con teoría y con práctica, señala Angela Placsintar, de la asociación.

Este establecimiento ya ha conseguido configurar una clientela, con "muchos rumanos", atraídos por la variedad de productos típicos que se preparan al fuego y artesanalmente. "Aquí el pan no tiene miga, mientras que a nosotros nos gusta con ella, y lo comemos mucho", continúa esta profesional, que mostró algunas variedades, como "este otro pan con relleno de chocolate, nueces y pasas" o la pasca, que contiene "queso, dulce y pasas".

Sin embargo, añade que "los españoles ya vienen y, si quieren pan, les damos a probar otros productos". De esta manera, se podrán beneficiar de los precios, ya que los rollitos valen 30 céntimos, y las barras, 50 y 80. Este establecimiento, además, colabora con la iglesia ortodoxa, ya que les proporciona 500 rollos de pan que se reparten los domingos.