"Más vitaminas y mejor sabor". Estas son las razones que arguye José García Montañés para defender los cítricos ecológicos a los que dedica su actividad. El agricultor de Vinaròs decidió apostar por este tipo de cultivo en el 2000 y fundó la cooperativa citrícola castellonense pionera en el uso de técnicas ecológicas y, hasta el momento, se han sumado 11 socios más, atraídos por la rentabilidad del producto y su futuro. García explica que "cada vez la venta de frutas y hortalizas tradicionales es menos rentable para el agricultor, ya que los precios están cayendo y esta es sin duda una actividad de futuro. Es una buena alternativa para los que tienen pérdidas".

Las previsiones de recolección para esta campaña son de 200.000 kilos de mandarina y 400.000 de naranjas, aún lejos de las cifras de producción de cítricos corrientes. La distribución se centra en tiendas especializadas y se les han sumado comedores escolares de Cataluña que buscan introducir la comida ecológica en sus menús diarios. "Es una gran idea y ojalá se pudiera extender en Castellón porque es una manera de concienciar a los más pequeños para comer sano".

En cuanto a las propiedades del producto, apunta que "la diferencia se puede apreciar con los ojos cerrados y diferentes estudios han demostrado que tiene muchos más nutrientes".

Buenas técnicas

Las técnicas utilizadas "se adaptan al medio natural y prescinden de productos químicos y recupera la fertilidad natural de la tierra reciclando los nutrientes e incorporándolos como compuesto orgánico. Con esto se respetan los ciclos naturales de los cultivos". Otras aportaciones, según García, son la preservación de las semillas autóctonas para evitar su extinción y la protección de los márgenes vegetales con el fin de evitar la erosión".

La cooperativa, además, realiza diversas actividades durante todo el año que incluye conferencias o visitas a ferias para promocionar esta manera de vivir la agricultura y la vida.