La fuerte reducción de plantilla que la Comisión Europea ha impuesto a las entidades españolas nacionalizadas ha dado el pistoletazo de salida a una nueva oleada de bajas en la banca que el sector venía augurando desde hace tiempo. "Todavía queda un exceso de plantilla de entre 25.000 y 30.000 trabajadores", aseguran fuentes del sector.

Los sindicatos han calculado que los bancos creados por las antiguas cajas de ahorro darán de baja a unos 20.000 empleados en los próximos meses como consecuencia del proceso de reestructuración del sector financiero, una cantidad similar a la que ya han recortado. El resto provendrá, por tanto, principalmente de los bancos tradicionales.

¿Pero en qué condiciones se harán estas bajas? Tanto las entidades afectadas como los representantes de los trabajadores reconocen que las ventajosas condiciones del pasado no se van a repetir.

De entrada, porque en los últimos años las bajas se han hecho masivamente a través de prejubilaciones, con lo que cada vez quedan menos trabajadores en edad de acogerse a esta figura. Pero además, las entidades cuentan ahora con una baza legal, la reforma laboral, que les permite pagar apenas 20 días por año trabajado con un máximo del equivalente a un año de salario bruto.

Paradoja

Precisamente por ello, y porque se habían difundido rumores que apuntaban a lo contrario, los sindicatos recibieron ayer con alivio la noticia de que la Comisión Europea no impondrá que se aplique la reforma laboral en las nacionalizadas. "Depende de quién aplique esa parte de los planes de reestructuración, no de la Comisión Europea", aseguró el comisario Joaquín Almunia. Unas declaraciones que, a juicio de los representantes de los trabajadores, "dejan la puerta abierta a la negociación entre las partes para buscar fórmulas lo menos traumáticas posibles", apuntó la sección de banca del sindicato CCOO.

"Creemos que es positivo que Bruselas descarte aplicar la reforma laboral para llevar a cabo la reestructuración pendiente de las entidades nacionalizadas. Será como se ha hecho hasta ahora y eso es positivo para los trabajadores del sector financiero. Por lo que se refiere a Bankia, su presidente, José Ignacio Goirigolzarri, dio a entender que las condiciones en su entidad serán mejores que las estipuladas por la reforma. ¿La razón? Evitar la conflictividad: "El clima de consenso es importante". Pero con una advertencia: "Tenemos unas limitaciones que los sindicatos conocen", indicó. Según fuentes de la banca, otra forma de decir que la generosidad del pasado no volverá.

En Catalunya Caixa, los ajustes quedarán en manos de quien resulte el nuevo propietario del grupo, una vez se lleve a cabo la subasta. "Habrá que ver cuáles son sus planes", comentaron fuentes sindicales de esa entidad.