Digan lo que digan los agoreros de siempre, el modelo no era malo: aeropuerto, hoteles y golf para impulsar una industria turística que en Castellón ahora mismo no existe. Y me refiero a una industria que funcione todo el año, que tenga un peso importante en el conjunto del Producto Interior Bruto (PIB) de Castellón y que genere miles de puestos de trabajo. ¿Se imaginan si a un azulejo exportador le añadiésemos una industria turística potente? Seguro que no estaríamos hablando de 62.000 parados en la provincia. Una vez más hemos llegado tarde. En el año cinco de la crisis no hay dinero para invertir y no se puede sacar más suelo al mercado porque, si el que hay ahora no vale nada, con más recalificaciones valdría mucho menos. Alicante y Valencia sí que tienen desarrollado su turismo con grandes inversiones del Consell en los tiempos de bonanza económica. Por eso a veces uno piensa en una mano negra que ha dejado a Castellón en la estacada. Quizá nos ha faltado un poco más de mala leche. H