La economía sumergida tiene en los empleos precarios y las cotizaciones elevadas un caldo de cultivo propicio para su desarrollo, a lo que se suele añadir una falta evidente de concienciación social que no se da en otros entornos, tal como ha venido señalando el sindicato de técnicos de Hacienda Gestha.

Una de las consecuencias directas de este fenómeno se produce por la repercusión que pueda darse en lo que concierne a la competencia desleal de las empresas que operan en un mismo sector. Para las que prefieren estar ajenas a los controles, el ahorro puede resultar importante en cuanto a impuestos o cotizaciones sociales, entre otros aspectos. Además, la actividad no queda sometida a ningún tipo de limitación o normativa que cumplir, según subrayan especialistas.