Los horarios de muchos colegios de Primaria de Castellón no están aún cuadrados, a una semana vista de empezar las clases por la tarde, porque no se ha podido cerrar dónde se coloca la clase de Religión, lo que acaba afectando a las otras materias. Y es que, con la puesta en marcha del nuevo currículo de Primaria y la caída año tras año de las cifras de alumnado que la eligen en los centros públicos --el 52,1%, según el último informe de los obispados de Segorbe-Castellón y Tortosa, del 2016--, se han rebajado las horas de clase de este profesorado, de dos a una hora semanales por curso en la mayoría de centros, por decisión claustral; se agrupan clases de un mismo curso para llegar a la ratio mínima de la asignatura, y el profesorado específico debe, en algunos casos, trabajar en dos o más colegios para completar las 25 horas lectivas semanales de su nómina.

Esta situación está generando cierto caos entre el profesorado de Religión y descontrol en los centros. La Asociación de Directores de Primaria de Castellón (Adip-CS), tras su asamblea general de inicio de curso celebrada esta semana, pide a la Conselleria de Educación «con urgencia», que «dé instrucciones claras sobre qué hay que hacer en los colegios» a este respecto, pues hay maestros de Religión que no saben aún a cuántas aulas deben atender, o si deben desdoblarse a otro centro, o todavía no están asignados formalmente», según su presidenta, Eva Aparici.

CRÍTICAS //

En paralelo, desde el Obispado de Segorbe-Castellón, que es la que reparte la llamada misión católica al profesorado para dar las clases, su delegado de Enseñanza, Mauro Soliva, suma una crítica de «mala planificación por parte de la Conselleria de Educación, que ha seguido un criterio restrictivo a la hora de dar las plazas, y ahora se encuentra que hay maestros que, al no llegar al mínimo de horas impartidas en un centro, tienen que desdoblar sus horarios, a veces en colegios de municipios diferentes». Y cuenta el caso de una profesora de Castellón que, con 10 alumnos en 3ºA y 11 en 3ºB tendrá que unirlos en una misma hora y no en dos, como antes, descompensando horarios de compañeros. Además, señala Soliva, dará clases en Moró. Lo mismo pasa, explica, con docentes de Cortes, Zucaina o San Vicente de Piedrahita.

Casuísticas hay muchas, señalan desde la Asociación de Directores de Primaria, que «impiden cuadrar horarios» y que «afectan al claustro de profesores, porque al mover una clase o eliminarla por reagrupación de un curso, se mueven desde las Matemáticas a la Educación Física».

En Secundaria, sin embargo, y según el presidente de los directores en Castellón, Pepe Martí, «no se ha detectado este problema, de momento». Y dice que «lo mejor es trabajar con tiempo, con una planificación y coordinación entre los centros, para evitar situaciones como estas con los profesores itinerantes, que se mueven entre los municipios, sobre todo en los más pequeños».

URGENCIA //

El delegado diocesano, que cifra en 166 los profesores de Religión en la provincia, explica que «la gestión y coordinación de las plantillas es cosa de la Conselleria, en tiempo y forma a final de curso y no en septiembre, y sentándose previamente con los responsables diocesanos, no como este año, en que nos llamaron para presentarnos las nuevas instrucciones del curso una semana después de que salieran en el Diari Oficial». «Urge una solución a muy corto plazo», coinciden directores y Obispado.