Apenas pasan tiempo en la oficina. Igual trabajan en la vertical de una montaña, a decenas de metros de altura, que en una oscura sima bajo toneladas de tierra. Son bomberos y montañeros a la vez. Viven rodeados de arneses, cuerdas y mosquetones y saben de espeleología, barranquismo y alpinismo. Son los bomberos que en Castellón se dedican a rescatar personas que se han perdido en el monte, se han precipitado por un barranco o se han roto una pierna mientras caminaban por la montaña. Y cada vez tienen más trabajo, Porque a la misma velocidad con la que ha crecido en la provincia la afición se han disparado las incidencias en zonas de montaña.

Que cada vez ocurren más accidentes en el monte es algo que demuestran los datos que maneja el Consorcio Provincial del Bomberos de Castellón. Desde el 1 de enero al 7 de noviembre de este año, el Consorcio ha efectuado 91 servicios de rescate en zonas de montaña, una media de dos a la semana. Y aunque veinte de ellos corresponden al episodio de fuertes nevadas que azotó el interior de la provincia a principios de año, si se comparan los datos el resultado es evidente: en 2015 se rescató a 39 personas, en 2016, un total de 78.

MOVILIZADOS //

En 16 de los 91 servicios de rescate contabilizados hasta principios de la pasada semana, el Consorcio movilizó a su Unidad de Rescate de Montaña (URM), formada por una veintena de bomberos especialistas preparados para actuar en todo tipo de emergencias ocurridas en el monte. Y lo ocurrido el pasado fin de semana es un buen ejemplo de ello. El domingo la URM salió en auxilio de un hombre de 48 años que se precipitó desde una altura de 15 metros en el barranco del Manzano de Ludiente. Un día antes, los bomberos del Consorcio auxiliaron a una pareja que se había desorientado por la zona del Salto de la Novia, en Navajas, y el domingo 29 rescataron a un montañero accidentado en Vallat. Son solo tres ejemplos recientes, pero hay muchísimos más.

Los expertos coinciden en el análisis: hay más rescates porque cada vez hay más aficionados a la montaña. «Es una evidencia que cada vez hay más aficionados. Hoy equiparse para hacer una excursión está al alcance de cualquiera y cada vez son más las personas que practican alguna actividad relacionada con la montaña», apunta Diego Piqueras, responsable de rescate del Consorcio de Bomberos.

MÁS GENTE EN LA MONTAÑA //

Que cada vez hay más gente en la montaña es algo que también confirma Empar Adell, delegada en Castellón de la Federació d’Esports de Muntanya i Escalada de la Comunitat Valenciana y miembro del Club Desnivell de Albocàsser. «Afición hay y cada vez más. Basta con salir cualquier fin de semana para darse cuenta que el monte está repleto de gente, sobre todo, de senderistas», argumenta Adell, que hace también hincapié en que caminar por la montaña no requiere de una gran inversión. «Es una actividad barata que no necesita de un gran equipamiento».

Buena parte de las intervenciones de los bomberos de Castellón en las zonas de montaña son para auxiliar a senderistas que se han perdido o deportistas que han sufrido algún accidente. Y en todos estos casos el teléfono móvil es clave. Así sucedió por ejemplo en las intervenciones realizadas este mismo fin de semana. Una pareja perdida de mediana edad llamó el viernes desde algún lugar entre Peñíscola y Alcossebre, en la Serra d’Irta, y dos hombres hicieron lo propio ayer cuando se desorientaron en el área del Castell de Castro de Alfondeguilla.

«El teléfono juega a nuestro favor, porque en la mayoría de los casos nos proporciona una información muy útil, como la ubicación exacta en la que se encuentra la persona que ha resultado herida o la que se ha perdido en el monte», añade Piqueras.

Poner freno a las cifras cada vez más altas de rescates en la montaña es posible. Y una de las soluciones dicen los expertos, pasa por salir a caminar o escalar con preparación e información.