De todas las previsiones, se confirmó la peor. Cuando el jefe del Ejecutivo y los presidentes autonómicos (salvo Quim Torra) se reunieron ayer por la mañana en el municipio riojano de San Millán de la Cogolla, compartiendo espacio físico por vez primera desde que estalló la pandemia, había un dato pésimo encima de la mesa. Entre abril y junio, la economía de España cayó más que ninguna otra: el 18,5%, un desplome inédito, que implica la entrada del país en recesión, al sumar dos trimestres consecutivos con disminuciones del PIB. Se trataba de una coincidencia amarga, porque el Gobierno había planteado la cita para transmitir una imagen de nueva normalidad , de que lo peor ya ha pasado, así que Pedro Sánchez encaró el batacazo económico reconociéndolo en toda su crudeza, pero transmitiendo un mensaje de esperanza.

El desplome, dijo el presidente en su primera intervención, obedece al confinamiento decretado para luchar contra el virus, mucho más estricto que en otros países, pero ese momento «ha pasado», dijo. «Las consecuencias de esa emergencia sanitaria, de ese confinamiento tan estricto que tuvimos que asumir el conjunto de la sociedad española para poder hacer frente al virus, doblegar la curva y mantenerlo a raya, como logramos, fue precisamente los datos que hoy hemos conocido de caída inédita del PIB del segundo trimestre de este año. Es cierto que ese momento ha pasado, es cierto que después de la resistencia vino la reactivación económica, y ahora tenemos que enfocar lo que representa la recuperación económica», señaló Sánchez.

Horas después de que sellara su acuerdo con el lendakari sobre el déficit y la deuda de Euskadi, una prueba de los privilegios de esta autonomía, algo que criticaron con dureza en el PP, el jefe del Ejecutivo pidió acabar con las «desigualdades» entre comunidades. «Esta recuperación tiene que ser inclusiva, no puede dejar a nadie atrás –señaló Sánchez–. Y no solamente me refiero a las personas, sino también a los territorios. España sufría antes de la pandemia una desigualdad territorial. Había territorios que no contaban con las mismas oportunidades que tienen otros. Una de las tareas a las que nos sentimos convocados, el conjunto de instituciones, es a nivelar esa cohesión territorial tan necesaria en nuestro país».