Veinticuatro horas pensando en amarillo. Alberto Vaquero Aguilar es uno de los casi 100 canteranos del Villarreal que hace su vida en la Residencia de la Ciudad Deportiva y vive cada día con intensidad lejos de su familia. Tiene solo 12 años -en breve cumple 13- y es natural de Zaragoza, precisamente el lugar dónde vive su familia.

“Hablo todas las noches por teléfono con ellos. Es un sacrificio que tengo que hacer para lograr mi sueño”, comenta. Vaquero fue fichado por el Villarreal hace dos temporadas, aunque la pasada jugó como cedido en el Oliver. Ahora juega en el Infantil A del Submarino.

“Cuando fiché estuve una semana aquí con mi familia y las instalaciones me impresionaron”, asevera. No le falta razón. Sala de ocio, cafetería, habitaciones, sala de estudio, campos de entrenamiento de primer nivel…

Su día a día es intenso, como el de cualquier canterano que vive en la Residencia. A las 7.00 se levanta, desayuna, se arregla la habitación y a las 8.00 ya está en el centro Miralcamp, situado a tan solo unos metros de la Ciudad Deportiva. Estudia Segundo de la ESO y también brilla en las aulas.

A las 14.00 horas han acabado las clases y toca recuperar fuerzas con una equilibrada comida en la cafetería de la Residencia. De 15.15 a 16.30 repasa la lección con los tutores y a las 17.30 hay entrenamiento. Tras el esfuerzo, a las 21.00 cena y a las 22.30 ya está en la cama. Una rutina con la que puede centrarse en sus estudios y en su crecimiento. Los cracks están formándose.... H