Honda pone al día el HR-V, y lo hace con cambios en su equipamiento, nuevos detalles estéticos, una gama de motores más eficiente -de la que desaparece el diésel-, y una nueva versión deportiva.

La marca japonesa sabía lo que tenía que hacer y lo ha hecho. El HR-V sigue conservando un interior cómodo y espacioso, con acabados sobrios de calidad, pero incorporando en este lanzamiento más tecnología y numerosas ayudas a la conducción de serie con cualquier equipamiento.

En el exterior los cambios son numerosos pero sutiles. Quizás, los más llamativos sean la nueva parrilla delantera, los faros led y las entradas de aire más grandes que en su predecesor. En la parte posterior de coche, una nueva moldura cromada une los dos pilotos, que ahora cuentan con una cubierta más oscura.

Otra novedad importante se encuentra en el apartado mecánico. Honda, al igual que ya ocurre con otros fabricantes, ha decidido eliminar los propulsores diésel de su oferta.

De esta manera, la gama actual de HR-V queda compuesta por un motor de gasolina atmosférico i-VTEC de 130 caballos, que ya estaba disponible, y otro nuevo propulsor de gasolina VTEC Turbo de 182 CV. Este último ya se incorporó en la última generación del Honda Civic y tan solo está disponible en la versión Sport.

ESTILO Potencia, dinamismo y deportividad. Este nuevo HR-V Sport cuenta con detalles estéticos propios que lo alejan del resto de la gama para dotarlo de una personalidad más sport. Algunos de estos elementos exclusivos son los faldones laterales, las nuevas molduras en los pasos de rueda y un paragolpes trasero más marcado, todo en negro.

En cuanto a la motorización, la variante Sport monta el propulsor ya especificado de 182 CV, que puede ir asociado a una transmisión manual o automática CVT. Este modelo también se beneficia de las mejoras del sistema de control de la suspensión aportándole mayor comodidad, agilidad y maniobrabilidad en la conducción.