Una disputa vecinal por el impago de cuotas a la comunidad, la ruptura convivencial de una pareja y el dilema por la custodia de los hijos o el enfrentamiento de un padre con el colegio donde estudia su hijo. Son conflictos que pueden acabar en los tribunales y acarrear no solo unas costas elevadas para las partes, sino un lastre emocional para las mismas por la dilación del proceso.

Aunque sigue siendo bastante desconocida en España, la mediación conquista poco a poco su espacio reivindicándose como una herramienta eficaz para la resolución pacífica de conflictos en todos los ámbitos, del familiar al educativo, el sanitario, el laboral o el comunitario. Para avanzar en este camino, el Col•legi de Treball Social de Castelló (COTS) ha formado este año en un curso de 230 horas a 25 mediadoras, que elevan a 39 los trabajadoras sociales que integran el Registro de Mediadores del organismo colegial, entidad a la que puede recurrir cualquier ciudadano, asociación, empresa o colectivo para solicitar un servicio de mediación ante un conflicto del que forme parte. Junto al COTS, la provincia cuenta con otras entidades mediadoras como los Servicios Sociales de la Mancomunidad Castelló-Nord, los colegios de Graduados Sociales, Abogados, Procuradores o Psicólogos, la Policía Local de Vila-real, la Cámara de Comercio, centros privados como Spam o la Unidad de Mediación Intrajudicial de Castellón (UMICAS), creada hace un año.

El presidente de UMICAS y de la Audiencia Provincial de Castellón, José Manuel Marco, quien clausuró ayer en el COTS el curso de mediación, afirmó ayer que “en un pleito siempre suele haber un perdedor y un vencedor, pero la ventaja de la mediación intrajudicial, el campo que atañe a UMICAS, es que cuando se llega a una avenencia entre las partes, hay dos vencedores”. Así, la mediación busca prevenir y evitar la judicialización de los asuntos familiares y vecinales, mejorar la comunicación entre las partes y transformar una situación de crisis en una relación de respeto que beneficie a la convivencia. H