Tras años a la baja, el absentismo laboral se dispara en Castellón. Las bajas por contingencias comunes (enfermedades o accidentes no laborales) están repuntando y lo hacen de forma significativa. En el 2014 se registró una media mensual de 1.933 procesos en la provincia, lo que supuso un ligero incremento tras un largo periodo de crisis económica en el que la cifra no hizo más que bajar. Sin embargo, en el 2015 la tendencia ha acabado consolidándose definitivamente y la media mensual ha ascendido a 2.117, la cifra más alta de los últimos cuatro años. O lo que es lo mismo: el año pasado 25.404 trabajadores de Castellón estuvieron de baja, según datos del Ministerio de Empleo.

La recesión redujo las cifras de bajas laborales, tanto en Castellón como en el resto de provincias de España, a mínimos históricos. Las altas cifras del paro (la mayoría de empresas redujeron personal) y el miedo a perder el puesto de trabajo rebajó a 1.893 la media de procesos mensuales en el 2013, muy lejos de los casi 4.100 registrados en el 2007.

Los sindicatos señalan a la crisis como la responsable de la drástica reducción de la bajas y no solo por el miedo al despido. Quedarse en casa implica ganar menos dinero. La ley establece que los tres primeros días de absentismo no se cobran. Del cuarto al vigésimo día el trabajador percibe el 60% de la base reguladora mientras que a partir del día 21 el empleado ya cobra el 75%. Y en el caso de los funcionarios las condiciones también se han endurecido y durante los tres primeros días solo reciben la mitad de su salario.

La estadística revela que el efecto crisis se ha esfumado y con los primeros síntomas de recuperación las bajas se han disparado un 10% en Castellón. Y con ellas ha aumentado el coste económico, tanto para las empresas como para el Estado. De hecho, y según la Seguridad Social, el gasto en bajas laborales ascendió en el 2015 a 5.086 millones de euros, un 7,12% más que en el 2014. En el caso de Castellón, el coste supera los 50 millones al año.

Para las empresas, la baja de un trabajador también supone un coste económico. La compañía asume la prestación económica del empleado enfermo entre el 4º y el 15º día (a partir de esa fecha ya corre a cargo de la Mutua o de la Seguridad Social) y en el conjunto nacional se estima un gasto para las empresas de unos 4.500 millones, según un estudio de la fundación Adecco. H