Este pasado ya mes de febrero, con la ilusión de asomarse a ese aspecto peculiar de la historia de Castellón, han ido apareciendo en esta página del periódico nombres de ilustres intérpretes de cualquier tipo de canción, damas y caballeros, bailes de salón y ballets del llamado arte español. Y desde el primer día, consultando lo que han contado cronistas o historiadores, críticos especializados o simples autores de gacetillas, he visto gran número de imágenes que me han llamado la atención. Me he detenido ante el famoso grabado del dibujante y litógrafo francés Gustavo Doré, ilustrando la portada de un significado libro en francés titulado La Spagne, con una gitana bailaora como protagonista del grabado, bailando una danza sobre una mesa repleta de seres humanos vestidos al estilo del siglo XIX, con sombreros y guitarras.

EL FLAMENCO. No me he atrevido a hacer mención, aunque estuve influenciado en alguna ocasión por la llamada entonces «canción española». La realidad es que, en mis actividades públicas como organizador de espectáculos, vi en mi ámbito la llegada del rock. Con eso, el público joven de entonces tuvo que cambiar de gustos y dejar de lado la canción española, a pesar de la estela de Concha Piquer, Juanita Reina, Imperio Argentina o Miguel de Molina.

Sin embargo, el paso del tiempo al primer plano de la actualidad y además de rememorarse cada uno de sus viejos éxitos, siguen surgiendo nombres nuevos que prometen hacer perdurar la copla durante mucho tiempo. En algunos casos, haciendo aparecer lo que podríamos llamar el nuevo lenguaje flamenco. Que no olvide el lector que también he formado parte durante unos cuantos años de la empresa responsable del llamado Bohío, en Benicàssim, que tenía, entre otras muchas, la obligación de atender los gustos y las peticiones de muchas familias extranjeras que poblaban varios hoteles durante el veraneo.

En realidad, el muy peculiar lenguaje flamenco, no siempre es comprensible para quienes no están iniciados en el arte. Al haberse producido y desarrollado fundamentalmente entre gente de modesta condición social, los vocablos propios del cante, el toque y el baile fueron surgiendo y afirmándose con serios problemas lingüísticos y gramaticales que en muchos casos fueron deteriorándose con el uso al transmitirse solamente por vía oral, entre los miembros de la misma familia protagonista.

VOCABULARIO. Voy a elegir con mucho cuidado, con pinzas, algunas palabras del arte flamenco como vocabulario que rima con la actuación de los artistas y empiezo con ángel, por ejemplo: Se trata de la inspiración o gracia especial para ejecutar ciertos cantes, toques de guitarra o bailes, sin el dramatismo, sin la dureza o la trascendencia del duende. Claro que me dicen los entendidos en esto que el vocablo se aplica principalmente al canto de Cádiz, por las características de todo lo gaditano.

La palabra cabales se refiere a un grupo reducido de aficionados que se reúnen para escuchar cante. Estas reuniones son en realidad elemento fundamental en la historia del cante jondo, ya que en ellas se desarrolló gran parte de la misma. Siempre se ha llamado cabales a los que son auténticos entendidos.

Se llama coplas a cada estrofa del cante, generalmente de tres, cuatro o cinco versos. Las coplas no suelen tener relación unas con otras, salvo en los romances.

El compás es la medida exacta de algunos estilos, con su acentuación correspondiente según el toque de guitarra. Por ejemplo soleá, bulerías, tangos…

Ya es sabido por todos que duende es una especie de suerte de inspiración inexplicable que lleva al artista a hacer interpretaciones flamencas fuera de lo ordinario. Según la Real Academia de la Lengua, los duendes son «matices expresivos, indefinibles y casi mágicos, que impregnan de una sugestión especial y característica al cante». Por su parte, jipíos son los gritos y exclamaciones del cantaor que le dan jondura a su cante tan peculiar.

Bueno, y jondo es el arte flamenco más profundo y trascendental, aunque por extensión puede aplicarse a todo el arte flamenco. Se identifica generalmente con los estilos considerados mayores, como los cantes sin guitarra, seguiriyas, soleares… y cantos así.

La palabra melisma es menos habitual. Se trata de un grupo de notas sucesivas sobre una misma sílaba, características en los singulares cantos orientales.

Palo es un estilo más, del género flamenco, tan castizo.

Pelea es la lucha del cantaor con su propio cante para sacarle la mayor emoción posible, supliendo así la falta de facultades.

El pellizco es una especie de impacto, un algo indescriptible que puede sentir el espectador en un momento particularmente emocionante del cante que escucha.

Lo cierto es que hubo un tiempo en Castellón y la provincia en el que se descubrió y se disfrutaba con ello, el que se ha considerado como arte flamenco.