El precio de la clemenules, variedad citrícola con más presencia en Castellón, se sitúa en estos momentos en máximos de los últimos diez años debido a una bajada de la producción que incluso genera dificultades a algunos comercios para abastecer a todos sus clientes en Europa. En esta situación también ha influido el hecho de que esta campaña han descendido los envíos al Viejo Continente procedentes del resto de países competidores.

Según la lonja de València, que semanalmente publica la horquilla de precios citrícolas, los tratos de clemenules oscilan entre 26 y 42 céntimos. El secretario general de la Unió de Llauradors, Carles Peris, va más allá y afirma que ha habido acuerdos que han alcanzado los 45 céntimos. «Son unas cifras desconocidas en la última década y a las que solo nos acercamos hace dos campañas», explicó. Los datos oficiales, que doblan con creces los de hace un año, no limitan la recuperación de los precios a la clemenules, pues las variedades protegidas con royalties (tango y nadorcott) también cotizan al alza y llegan a los 85 céntimos.

Estos valores se explican por dos motivos conectados entre sí. El primero es que la caída de producción podría ser incluso más acusada del 40% que, para la clemenules, previó la Conselleria de Agricultura en su aforo. Ello obliga a los distintos comercios a tener una actitud más proactiva para cerrar acuerdos con los productores, lo que se traduce en una cierta especulación con los precios, a diferencia de lo ocurrido durante la pasada campaña.

La evidencia de que este año la cantidad de cítricos es muy justa crece conforme avanza la campaña de recolección. Prueba de ello es que los precios de la lonja de València van al alza semana tras semana. Hace tan solo un mes, la cotización máxima se situaba en 33 céntimos, diez menos que en la actualidad, y estas cifras han ido subiendo progresivamente.

Pese al incremento de precios, la misma caída de producción también provoca que los agricultores vuelvan a estar en una situación «muy difícil», según Peris, pues «volverá a ser complicado sacar beneficios, especialmente si se confirma que el tonelaje cae incluso por encima de ese 40% que apuntó la Conselleria de Agricultura en octubre».

Con todo, la situación actual sí permite a los profesionales del sector tener un ánimo distinto al de la pasada campaña porque el agricultor percibe que hay más interés en su producto por parte de los comercios y la distribución. Y es que, en palabras del presidente de Fepac-Asaja, José Vicente Guinot, «a estas alturas toda la clemenules ya está apalabrada», mientras que hace un año hubo quien en pleno diciembre no las había vendido.