En muchas playas de la provincia de Castellón ondeaba ayer la bandera roja, por lo que ante el cielo encapotado, el viento y el mal estado de la mar muchos buscaron alternativas como ir a comprar, ejercitarse o pasear. Y es que, debido a la intensificación del viento del nordeste, que llegó a superar los 40 km/h, fue elevándose la altura del oleaje.

Por ejemplo, en Peñíscola, la playa Norte lució la prohibición, lo mismo que en el Grau, donde se veía a mucha gente caminando por el parque litoral, más que por la playa. En la Concha y en Morro de Gos de Orpesa también ondeaba por la tarde la enseña de no bañarse.

Desde la Agencia Estatal de Meteorología señalaron, al respecto, que hoy seguirá el oleaje, la fuerte marejada o mar gruesa, aunque ya mañana, el mar irá volviendo a la calma para afrontar la recta final del mes de agosto.