Nos despertamos con el dulce sonido de la lluvia. La mañana es muy agradable. La verdad es que si hemos de permanecer recluidos, mejor que llueva. Que riegue los campos y limpie las ciudades.

Desayunamos café con leche y valencianas. Como ya dije hace semanas, las magdalenas han muerto, viva las valencianas. Cuando bajo a mi perrita dejo que las gotas bañen mi rostro, que empapen mis gafas. No me molesta. Al contrario. Los niños no tardan en conectarse y charlar con las gemelas por Discord. Al poco ya andan enfrascados en una nueva aventura cibernética. ¡Bendita tecnología!

Leo la prensa on-line y compruebo, con espanto, que la mitad de los fallecidos por covid-19 en Castellón son ancianos que vivían en residencias. ¡Qué escándalo! Mónica Oltra, consejera del ramo, no solo no ha construido ni una sola nueva residencia para jubilados en la provincia en cinco años, además, cuando han venido mal dadas, no ha sabido o querido cuidar de ellos como es debido. Y no me vale la excusa de que en otras comunidades haya pasado algo parecido. Ella es la mandamás de esta comunidad, no de las otras. Y por lo que ocurre aquí se la juzga. Llegó al cargo prometiendo el oro y el moro. Y pasados setenta y cinco meses, que se dice pronto, oiga, queda claro que su gestión es lamentable. Patética. De hecho no ha hecho gestión alguna, solo política. Politiqueo, más bien.

A media mañana me pongo con las tareas pendientes. Repaso correos, corrijo algunos textos, envío mensajes a unos y otros y trato de adelantar algo la faena del despacho, aunque desde este encierro no es fácil. Charlo largo y tendido con mi gestor y constato algo que ya imaginaba: las empresas que no levantarán la persiana cuando todo esto termine son legión. Y no es una cuestión estadística. El 8% que caerá el PIB español en 2020 son caras, nombres, apellidos y direcciones. Son personas. Más aún, son trabajadores y emprendedores a los que este gobierno va a dar la espalda. En muchos casos ya lo ha hecho. Ayer leí un meme brutal que decía así: Las ayudas del Gobierno y la Generalidad son muy sencillas de conseguir. El empresario solo tiene que presentar, ante la administración pertinente, el cuerno de un unicornio, una pluma de grifo y el hocico del minotauro.

Así nos luce el pelo. Cada día mueren 500 personas. Es como si cada día se estrellase un avión con quinientos españoles a bordo. Pero no pasa nada, dicen, porque el número va bajando, dicen. Aunque también dicen que tienes veneno en la piel y que estás hecha de plástico fino.

A las 13.00 horas me echo la siesta del borrego y sueño con un país mejor. Uno en el que los populismos no han llegado al gobierno. Uno en el que los ministros y consejeros autonómicos son gente preparada, formada y con valores. Uno en el que la propaganda ocupa el lugar que debe, no el de todo lo demás. Soy un iluso, pienso cuando despierto.

Para comer preparamos canelones. Con carne picada, cebolla, tomate triturado, algo de pimienta, bechamel y cuatro cositas más. Escogemos La momia II. Es curioso. El otro día vimos La momia III. Para cuando veamos la primera entrega de la saga ya nos sabremos la historia de pe a pa.

Pasamos la tarde entre juegos, risas, alguna que otra pelea de lobeznos y muchas ganas de salir de casa. Cuando nos suelten, como quien suelta a un león enjaulado, no querremos volver a casa. Ha pasado un día más sin que escriba una sola línea de mi nueva novela. ¡Maldito virus!

*Escritor