Los técnicos del departamento de Urbanismo del Ayuntamiento de Castelló están revisando la declaración ambiental y territorial estratégica (DATE) emitida favorablemente en julio por la Comisión de Evaluación Ambiental de la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, con el objetivo de introducir en el Plan General Estructural las modificaciones de la documentación siguiendo los criterios de la DATE y avanzar así en la aprobación definitiva del nuevo plan urbanístico.

Una vez recibida esta declaración en el consistorio, el trabajo se centra ahora en incorporar los condicionantes planteados en el documento del Plan General Estructural. Posteriormente, harán una segunda exposición al público del documento con todas las modificaciones incorporadas, y que se realizará de forma conjunta con el otro documento del Plan General, el del Plan de Ordenación Pormenorizada (POP).

Son pasos decisivos lo que están dando actualmente para que Castelló tenga cuando antes una hoja de ruta que restituya la legalidad urbanística tras la anulación del anterior Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) en el 2008.

«El nuevo plan urbanístico es un instrumento fundamental que aportará seguridad jurídica para atraer inversiones y que será un motor económico para Castelló, especialmente importante para afrontar el futuro, marcado por la crisis sanitaria del covid-19, y para paliar sus efectos económicos y sociales», indica la alcaldesa de la capital, Amparo Marco.

Este documento clave para el replanteamiento futuro de la ciudad definirá el modelo de los próximos 20 años. Un desarrollo estratégico de ordenación urbana integral que racionaliza el uso del territorio y de los recursos, y que posibilita un crecimiento contenido del suelo urbanizable capaz de dar respuesta a las necesidades reales de suelo residencial, industrial y terciario.

Además, el Plan General fija la infraestructura verde urbana como elemento vertebrador y cohesionador del territorio en un momento en el que los espacios de esta índole cobran protagonismo en el diseño de las ciudades por los beneficios saludables que aportan al ciudadano.