No corren buenos tiempos para el transporte convencional en la provincia de Castellón. Con la venta de vehículos a motor en mínimos históricos y un transporte público —en aquellas ciudades en las que hay servicio— que ha perdido una cuota de mercado que oscila entre el 50 y 70% según los datos consultados por Mediterráneo a varias empresas del sector, la movilidad urbana ha experimentado un notable cambio durante este estado de alarma. Pese a extremarse las medidas de seguridad, el miedo a la exposición al covid-19 en autobuses, TRAM e, incluso, taxis se ha dejado notar en las preferencias de los ciudadanos, que apuestan por otros transportes alternativos para hacer frente a su día a día, especialmente en lo que se refiere a los desplazamientos para acudir a los puestos de trabajo. Los ayuntamientos de la provincia han empezado a ponerse en marcha para adaptarse al nuevo modelo.

Al contrario que en otras grandes capitales españolas, en las que el coche de alquiler para uso individual ha sido otra opción de éxito (un crecimiento de hasta el 200% en Madrid, por ejemplo), las distancias asequibles entre puntos de residencia y de trabajo y la favorable orografía de Castelló han hecho de las bicicletas y los patinetes, en ambos casos tradicionales o eléctricos, las estrellas de los nuevos desplazamientos por la capital. Además del regreso del servicio de Bicicas, el consistorio ha anunciado inversiones de cerca de 600.000 € para añadir dos tramos más a la red de carril bici, uno en la calle Músico Pascual Asensio —conectará con la Gran Vía y la avenida Vila-real— y otro en la avenida Castell Vell, para completar el eje norte-sur.

CAMBIO DE CONCEPCIÓN

«Esta crisis sanitaria ha revelado muchas cosas, como el error de concepción del espacio público, con mucho espacio para coches y poco para peatones y bicicletas. La pandemia nos ha hecho ver que no debe ser sí y no queremos que esto quede en anécdota para resolver problemas como contaminación y cambio climático», apunta el regidor de Transició Ecològica de Castelló.

FERNANDO NAVARRO (CONCEJAL DE TRANSICIÓ ECOLÒGICA) "Esta crisis sanitaria ha revelado muchas cosas, como el error de concepción del espacio público, con mucho espacio para coches y poco para peatones y bicicletas"

Algunas de las principales localidades de la provincia también han decidido apostar por facilitar esta nueva forma de movilidad más limpia. Vila-real estudia actuaciones en su red de carril-bici «para garantizar la seguridad y comodidad de los desplazamientos», a la vez que espera que se suavice la crisis para volver a poner en marcha el sistema de alquiler Bicivila’t, ya que los 150.000 € previstos para su nueva puesta en marcha «se han destinado a la emergencia del covid-19», apunta José Ramón Ventura Chalmeta, concejal de Sostenibilidad. Onda ya ha licitado el proyecto de unir el Apeadero de Betxí con su casco urbano y la Serra Espadà, mientras que Peñíscola trabaja en varias actuaciones para implementar este verano un transporte urbano sostenible.

LOS COCHES CAEN EN PICADO La dura crisis provocada por el coronavirus ha afectado de manera muy notable a las empresas del sector automovilístico, con las peores cifras de matriculaciones de turismos y todoterrenos de los últimos 20 años. En la provincia de Castellón, en lo que se refiere a las matriculaciones de vehículos para uso particular (sin contar coches de empresa o destinados al alquiler) los números del pasado mes de abril se quedaron en siete automóviles, lejísimos de los casi 600 de 12 meses atrás, según datos de la Dirección General de Tráfico.

Apoyando la nueva movilidad asentada durante la pandemia de coronavirus, el Plan de Fomento de Uso de la Bicicleta de la Generalitat ya tiene fecha para ponerse en marcha. A partir del 15 de junio se abrirá la línea de ayudas directas para la adquisición en establecimientos de la Comunitat que se sumen al plan de bicicletas —convencionales o eléctricas—, patinetes y kits eléctricos.

CUANTÍA DE LAS AYUDAS DE LA GENERALITAT

Las ayudas previstas son de hasta 250 € en el caso de bicis eléctricas (cuyo importe no sobrepase los 1.400 €) y de 75 € para el resto de bicicletas (precio máximo de 500 €) y patinetes eléctricos (hasta 450 €). Además, las ayudas también se aplicarán a la instalación de kits eléctricos, con un importe de hasta 200 € (el precio máximo del kit está fijado en 600 €), o a la compra de bicis con elementos de carga para el transporte infantil: 150 € para bicis cuyo coste no sea superior a 700 €.

Las personas interesadas en acceder a estas ayudas para la compra de vehículos individuales sostenibles, que deberán cumplir con el requisito único de ser residentes en la Comunitat, podrán consultar el listado de comercios adheridos en una página web que habilitará la Conselleria de Movilidad.

EL PROCESO

Una vez que el comprador seleccione la tienda y el vehículo que quiere adquirir, deberá rellenar en el propio establecimiento la documentación necesaria. Posteriormente, una vez acreditada y aprobada dicha solicitud por la Conselleria, se beneficiará de la ayuda en el momento de la compra, ya que el importe de la subvención será descontado directamente del precio de venta.