Los accidentes provocados por jabalís siguen siendo un importante problema en las carreteras de la provincia. Y es que hasta la fecha en Castellón se han registrado 125 accidentes por este motivo, lo que representa prácticamente un siniestro cada tres días.

A falta de poco para finalizar el 2017, la cifra es similar a la del año pasado, cuando se contabilizaron un total de 127 casos. Estos datos evidencian que se trata de una problemática enquistada y que las medidas anunciadas en el anterior ejercicio no han dado el resultado que se esperaba.

Aunque los accidentes se distribuyen por muchas vías de interior, también los hay en las principales arterias de la provincia. Es el caso de la N-340, que en la comarca del Baix Maestrat acumula varios choques en las últimas semanas, o de la A-7, donde el pasado 10 de diciembre, a la altura de Nules, hubo una colisión múltiple en la que se vieron implicados tres vehículos. En este caso no hubo heridos, pero sí importantes daños materiales.

La Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural es consciente de que en distintos puntos de la provincia existe un problema de superpoblación de este tipo de mamíferos. Uno de ellos es el Desert de les Palmes, donde recientemente se produjo una reunión con agricultores y cazadores para estudiar soluciones, pues calculan que en una área donde tendrían que haber 150 ejemplares existen alrededor de 750.

De hecho, el departamento que dirige Elena Cebrián anunció a principios de este año varias medidas para controlar la población de jabalís. Entre otras, se comprometió a lanzar propuestas para detectar las colonias más importantes y, posteriormente, tomar las decisiones más oportunas.

SIN SOLUCIÓN // No obstante, han pasado prácticamente 12 meses y desde la Federación de Caza de la Comunitat aseguran que el problema no solo no disminuye, sino que va a más. Según el vicedelegado de la entidad en Castellón y responsable de caza mayor en la provincia, Leonardo Gil, esta temporada se detecta una mayor presencia de puercos salvajes en zonas más próximas a la costa, «probablemente debido a la sequía, que dificulta el hecho de encontrar agua en los montes».

En este sentido, relaciona el aumento de siniestros en carreteras del litoral y el prelitoral con la dificultad para cazar en un territorio más densamente poblado que el interior y donde «prácticamente no existen cotos».

Gil insiste en la necesidad de «ampliar hasta el 15 de marzo la veda de caza mayor», una medida que Medio Ambiente no descarta, pero que por ahora no ha implementado. Para Gil, lo ideal sería «no obligar a los cotos a cazar hasta el 15 de marzo, sino que se pudieran acoger aquellos donde haya superpoblación».