Castellón dará la bienvenida el próximo domingo, 22 de diciembre, al invierno, una estación que prevén cálida y seca en la provincia, según las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Por tanto, el hecho de que no pronostiquen precipitaciones preocupa y mucho teniendo en cuenta que este 2019 ha sido un año con un 30% menos de lluvias. Y que, como informó Mediterráneo, el abundante agua acumulada a principio de diciembre ha salvado a la provincia de vivir in extremis el ejercicio más seco desde 1995, es decir, desde hace 24 años. El hecho de que cada vez llueva menos y haga calor son claros síntomas del temido cambio climático.

«El último temporal, que dejó precipitaciones abundantes generalizadas en toda la provincia, sin ser torrenciales, han permitido maquillar los datos, pero este ha sido un año muy seco», señalaron desde la Aemet, cuyo delegado en la Comunitat Valenciana, Jorge Tamayo, informó ayer del resumen anual y de la predicción estacional para el invierno.

Tamayo advirtió de que las previsiones apuntan a que la temperatura media en la Comunitat Valenciana podría subir hasta seis grados a finales de siglo si no actúa ya en el control de la emisión de gases. Por el contrario, si se comienzan a aplicar medidas contra el cambio climático se conseguiría estabilizar el crecimiento en torno a los dos grados. Estas son las proyecciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático.

En este sentido, el catedrático de Climatología de la Universitat Jaume I (UJI), José Quereda, se muestra optimista al considerar que todavía es posible frenar el calentamiento global. «En la Comunitat Valenciana la temperatura ha subido entre 0,6 y 0,7 grados en las series térmicas, moderando los valores dramáticos que se apuntaban hace unos años, aunque a mediados se siglo se prevé que el incremento sea superior a 1,5 grados», explicó el experto, al tiempo que insistió en que no todo está perdido y aún queda campo de acción para mitigar la tendencia, gracias al empuje de las energías alternativas.

contraste hídrico // El balance anual de la Aemet hace hincapié en las escasas precipitaciones, aunque, a pesar de estar a punto de despedir un año con escasas lluvias acumuladas, la situación hídrica en estos momentos es de tranquilidad, gracias al temporal de principios de mes. El agua almacenada permite a los regantes de la zona de la Plana, donde la citricultura tiene un peso importante, tener garantizadas las reservas durante cerca de un ejercicio, mientras que para las comarcas del interior, más afectadas por la sequía, también ha supuesto una importante tregua. Sin ir más lejos, el recién inaugurado depósito de agua de la Torre Segura de Morella, con capacidad para 3.300 metros cúbicos, está totalmente lleno, al igual que el de la Fábrica Giner, según explicó el edil de Medio Ambiente de la capital de Els Ports, Joel Pascual. Informa Javier Orti.

De todos modos, Quereda insiste en que es necesario no «bajar la guardia» en el tema de la sequía, ya que las previsiones no son halagüeñas y es «necesario realizar una buena gestión de los recursos hídricos existentes».