Es el tema estrella de conversación. En la calle, en el interior de las casas, en los bares, en los mercados, en los grupos de whatsapp... solo se habla de cómo y con quién vamos a cenar en Nochebuena y comer en Navidad. A 24 días de la fecha más familiar del año, en todos los hogares de Castellón asaltan las mismas preguntas. ¿Cuántas personas podrán sentarse en la misma mesa? ¿Qué pasa si la recomendación son 10 comensales y en el mismo salón nos juntamos 12? ¿A quién dejamos fuera? ¿Podrán venir mis hermanos que viven en Barcelona? ¿Y mi hijo que estudia en Inglaterra? De momento hay muchas incógnitas y lo único claro es que la pandemia ha dado un vuelco al mundo y la Navidad no va a escapar de esa voltereta. Las fiestas no serán como siempre y, ni siquiera, en el mejor de los escenarios se podrá bajar la guardia. Nada de cenas multitudinarias. Nada de comidas de empresa con 20 ó 30 comensales. Nada fiesta hasta la madrugada.

Aunque todavía no hay nada cerrado, la Generalitat ya ha trasladado la Consejo Interterritorial de Sanidad las medidas que la Comunitat contempla. Y si finalmente no hay acuerdo a nivel nacional, el Consell optará por implantarlas de manera unilateral. Así, propone reuniones de hasta diez familiares en los seis días de las fiestas navideñas más señalados, (24, 25 y 31 de diciembre y el 1, 5 y 6 enero), y mantiene el límite de seis personas en encuentros y reuniones de amigos.

A la espera de las normas definitivas, las familias de Castellón se han puesto a hacer números. Pero esta vez las cifras no acaban de salir. ¡Menuda papeleta! En la mayoría de los casos hay que eliminar comensales y decidir con quién cenar y a quién dejar fuera, y eso, en una noche tan especial como la del 24 de diciembre, no siempre es plato de buen gusto.

Una Navidad a turnos

En casa de Mari Carmen Navarro ya tienen claro cómo se organizarán. Esta moncofense de 68 años es la mayor de tres hermanos y en su familia es tradición en Nochebuena y Navidad sentarse a la mesa todos juntos. «Entre hermanos, hijos, nietos, sobrinos... todos los años nos juntamos quince personas en mi casa. Mi hermana vive en Xiva y pasa esos días con nosotros y son momentos muy entrañables. Hacemos el amigo invisible, cantamos en un karaoke y los niños se lo pasan en grande», describe. Pero ese 2020 esos planes no van a poder ser. «Tenemos asumido que esta Navidad es diferente y unos vendrán a cenar el 24 y, los otros, comerán el 25. Da pena porque son unas fechas muy entrañables, pero es lo que hay», explica con una cierta resignación.

Mari Carmen tiene más que asumido que esta Navidad la familia tendrá que dividirse y muchos de quienes tienen a sus padres o a sus hermanos fuera de Castellón ya han decidido que no van a viajar. Es el caso de Regine Gordon. Su marido es de Madrid y ella, de Francia. «Todos los años por estas fechas vamos a ver a la familia, pero este 2020 no nos moveremos de Castellón. Serán mis primeras navidades sin maletas», explica.

En muchos hogares no habrá cenas con muchos comensales, ni abrazos, ni besos... pero esta será la Nochebuena de las videollamadas. «En mi familia somos 12. Nosotros y nuestros tres hijos cenaremos solos en casa, y mi hermano y su familia lo harán con mis padres, así no estarán solos. Y ya hemos quedado que haremos videollamadas para que podemos vernos y brindar, aunque sea de forma virtual», dicen Noelia y Jaime, una pareja de Vila-real que son padres de tres niños pequeños.

De tecnología también tirará José Palmer. Este joven estudiante de 24 años de la Vall d’Uixó cursa un Erasmus en Alemania y, de momento, se plantea no viajar a su terreta. «Lo he hablado ya con mi madre y seguramente me quedaré en Alemania. Nada me gustaría más que pasar estos días con mi familia, pero mi abuelo tiene 104 años y no queremos que corra ningún riesgo», cuenta al otro lado del teléfono.

Aceptarlo lo antes posible

Las navidades serán especiales, y cuando antes se acepte esa premisa, mejor. «Hay que aceptar desde ya que van a ser diferentes, y no permanecer a la espera de ver si nos dicen que podrán ser como otros años. Y a partir de ahí podemos empezar a planificar diferentes escenarios», apunta Mar Lluc, psicóloga de Castellón y vicedecana tercera del Colegio de Psicología de la Comunitat.

Una planificación que, según esta experta, aportará sensación de control. «Una vez elaborados estos planes, si lo hemos hecho individualmente, lo importante es comunicárselo a las personas con las que queremos contar, especialmente a las mayores, que pueden sentir más dramática la situación, y también a los más pequeños de la casa», añade. Y lo más importante: hay tener claro que esta es una situación puntual y temporal. Una situación que seguro pasará.