Una mezcla de cautela y satisfacción envuelve las valoraciones de los datos de la Conselleria de Educación tras la novena semana de curso escolar. En plena segunda ola de la pandemia del coronavirus, los centros escolares de la provincia de Castellón se afianzan como lugares seguros. El 99,4% de los más de seis mil grupos de alumnos y alumnas de la provincia asiste a las clases sin problemas y el 89,2% de los 249 centros educativos sostenidos con fondos públicos no tiene ningún grupo confinado.

Además, se han desconfinado durante la última semana 36 grupos de 24 centros educativos. Por contra, alumnos de 36 grupos de 27 centros de Castellón se han tenido que confinar en la última semana, y otros 14 todavía continúan confinados de las anteriores.

«El balance es positivo en general», asegura Pep Albiol, presidente de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (Fampa) Castelló Penyagolosa. «Somos conscientes de algunos confinamientos, pero afortunadamente la situación no es grave», añade Albiol, que destaca que «los centros escolares no están siendo lugar de contagio porque el origen de los casos suele ser externo casi siempre».

En la misma línea se expresa Noel Manzanares, presidenta de la Asociación de Directores de Infantil y Primaria (ADIP) Castellón, que valora el funcionamiento de los protocolos implantados desde el inicio de curso. «Son pocos casos, dado el contexto de la pandemia», dice, «y de fuera». Manzanares subraya asimismo que los casos que surgen «se detectan» y habla de un escenario «controlado».

evolución / Con todo, el crecimiento de casos positivos por covid en el territorio castellonense ha tenido su lógico reflejo en las aulas. La evolución muestra una curva controlada en lo más crudo de la segunda ola de la pandemia.

A día de hoy y en total, el 98,7% de los grupos del alumnado de los centros educativos de la Comunitat finalizó la undécima semana del curso escolar sin incidencias por el coronavirus, mientras que el 80,9% de los centros educativos sostenidos con fondos públicos pudo impartir las clases de manera presencial y con normalidad.

En este sentido, el conseller de Educación, Vicent Marzà, explicó ayer que de nuevo ha empezado a bajar el número de aulas confinadas en la Comunitat con respecto a la semana anterior, tras el «repunte» que hubo tras las primeras semanas de octubre, al igual que en el conjunto de la sociedad, tras el doble festivo del 9 y el 12 de octubre. Estas cifras demuestran, a su juicio, el ejemplo de lo que puede hacer la sociedad si funcionara como los estudiantes, los profesores, los padres y toda la comunidad educativa. El conseller se mostró prudentemente satisfecho tras casi tres meses de curso, pero recordó que «esta pandemia no necesita ninguna relajación».

Comparada con la elevada incertidumbre con la que muchas familias atravesaron el verano, pensando en la vuelta al cole y sus consecuencias, la realidad se aleja de pronósticos catastrofistas. Pese a ello aún quedan aspectos importantes que pulir. Desde el sindicato STEPV, su coordinador Marc Candela señala algunos puntos en los que progresar, como una mejor coordinación entre los centros educativos y la Conselleria de Salud Pública, que «necesita más personal», o planes de contingencia para enseñanzas específicas, como podrían ser los conservatorios musicales. También piden más tests para profesores y alumnado de los grupos no burbuja, en caso de algún positivo.

Desde la Fampa señalan otros aspectos mejorables, como la conciliación laboral de las familias con niños confinados, la recuperación de escoletas matineras donde no las hay, y el funcionamiento de las clases telemáticas cuando son necesarias. «Se ha avanzado», indica Albiol», «pero todavía queda por mejorar».

Xelo Valls, de la Federación de Enseñanza de CCOO, aboga por recordar «lo esencial», es decir: «la distancia interpersonal, el lavado frecuente de manos y la correcta ventilación», y considera que el balance de Conselleria «corrobora» que las medidas implantadas desde el inicio de curso «han sido bastante acertadas».