¡Vaya caos!

Pensaba que el proyecto Xarxa Llibres había acabado de sorprenderme como padre y como periodista; pero no es así. Vuelvo a insistir en que no recelo de la bondad de la idea, aunque el paso de los días no hace más que ratificar lo mal que se ha plasmado.

¿Compramos los libros o no? La Conselleria asegura que todo está bajo control: los estudiantes tendrán sus manuales encima de la mesa el primer día de clase. Sin embargo, los centros constatan que no va a ser así e instan a los padres a que pasen por caja. Suena a broma, pero no lo es. ¡Y ya estamos en agosto!

Yo no sé qué hacer, lo confieso, ni tampoco me atrevo a decirles a ustedes qué va a pasar. Seguro que me equivoco. Lo único que tengo claro a estas alturas es que alguien debería poner orden y salir a la palestra para aclarar cómo funcionará todo y ese no es otro que el conseller Marzà, aunque quizá ya ha llegado tarde para evitar el desconcierto de las familias. H