Pese a que no son pocos quienes ven un avance en la próxima implantación del ancho internacional entre Castellón y Vandellós, otros muchos expertos del ámbito empresarial y de la logística advierten de que el proyecto no es suficiente para satisfacer las necesidades de una provincia netamente exportadora, y que el tejido productivo necesita una doble plataforma para que las mercancías viajen a Europa a través del Corredor por una vía propia, y no compartiendo espacio con los trenes de pasajeros.

Sin ese tercer hilo, que por ahora no pasa de un compromiso verbal para el 2025 (la obra licitada esta semana ya va con un retraso de dos años), voces como el director gerente de la Cámara de Contratistas de la Comunitat, Manuel Miñes, o el presidente de la Asociación de Empresas Ferroviarias Privadas (AEFP), Juan Diego Pedrero, ven muy difícil cumplir con la previsión de enviar a Europa, en cinco años, 500.000 toneladas de mercancía al año (básicamente azulejo y cítricos) en una operativa de 56 trenes mensuales.

Ese es el pronóstico más modesto de entre los realizados por la empresa Estrada Port Consulting para el estudio de demanda de una estación intermodal de Castellón que está muy vinculada a la puesta en marcha del Corredor. La previsión media supondría elevar los convoyes mensuales a 76 (723.523 Tm anuales), mientras que la alta dejaría las operativas en 108, lo cual permitiría superar el millón de toneladas al año. En todos estos escenarios, que los expertos ponen en cuestión, la exportación ferroviaria se situaría por debajo de la media europea, que está en el 18% del tráfico.

El transporte en tren presenta varias ventajas con respecto al de carretera (puntualidad, eficiencia, sostenibilidad) que crecen a medida que el trayecto es más largo, algo que se cumple en el caso de los envíos a Europa.

Pese a ello, y según el citado estudio, solo el 0,18% de las exportaciones castellonenses a Europa viajan actualmente en convoyes, mientras que el peso de la carretera es abrumador (70%) y el tráfimo marítimo se queda en el 30%.

Además de compartir vía con los pasajeros, Pedrero (AEFP) explica a Mediterráneo que la inversión que deberán acometer las empresas logísticas en material rodante de ancho internacional y la subida de cánones dificultará incluso el cumplimiento de las previsiones de crecimiento más modestas en el uso del tren.