La joven profesora de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad Jaume I, Paloma Palau, me estuvo informando de que estaba escribiendo una documentada obra de historia artística titulada Galerías de Arte en la Ciudad de Castellón, (1940-1975) y mostró especial interés en que yo asistiera al acto de presentación --una vez editado el libro por la Diputación Provincial-- en una de las últimas Firas del Llibre. Lo hice encantado.

La obra recordaba aquel primer fogonazo de la Sala Estilo, de Paco Alloza, las Galerías Bernad y la ya mítica Sala Derenzi, después las Galerías Porcar y las de Anastasia Klein, que junto a los escaparates de la calle Enmedio y las salas de algunas instituciones públicas, le hicieron exclamar a Paco Vidal Serrulla aquella expresión de que Castellón era uno de los más prósperos mercados europeos de pintura, informando que una capital de provincia como la nuestra, con 108.000 habitantes, era escenario de 137 manifestaciones, con 4.280 obras.

La aparición de Regalos Surya, de Pilar Gargallo y Sebastián Planchadell, era otro atractivo artístico de aquellos años.

DOMINGO GARGALLO // Debo remontar mi atención al artista pastelero Domingo Gargallo, que vino a Castellón desde su aragonesa Mosqueruela, y aquí encontró la excelencia de su oficio y por sus habilidades recibió la Medalla del Gremio a cambio de su estela y su escuela de creador singular de los hojaldres y los cruasán.

Todos los artistas de la época pasaban por el escenario del Teatro Principal. Y mi vocación periodística, ejerciendo de joven reportero, me impulsaba a preguntarles qué es lo que más recordaban de Castellón. Y todos me contestaban lo mismo, es decir, los cruasáns de la pastelería Gargallo de la plaza de la Paz, junto al Principal, que justificaban una visita a Castellón. Esos bollos de hojaldre en forma de media luna. Y también ocurría con gente de Castellón. El singularísimo pintor Batiste Porcar, organizaba cada año el día de su santo y como plato único para comer, la Coca de Sant Joan, con frutas y piñones, elaborada especialmente para aquel día por Domingo Gargallo. Lo cierto es que la ceremonia primera de su llegada a Castellón, tuvo lugar el 8 de julio de 1933 y, después de pasar por varios entornos, aterrizó en la plaza de la Paz.

LA VIDA DE LA PLAZA // Después de Rebullida, apareció el rótulo de Postre Gargallo, entre la farmacia Legido y la tienda de Juanito Capsir. Domingo y Rosario comenzaban allí su vida de pasteleros titulares. También estaba en la misma acera de la plaza de la Paz, la pastelería de El Chato y las taquillas de La Panderola…

De aquel entorno, salió también para contraer matrimonio la hija de los Gargallo, Pilar, con el ya notable pintor Sebastián Planchadell que, con el paso del tiempo y en el mismo espacio, abrieron su tienda de regalos de alto nivel, Regalos Surya. Y cuando ya eran padres de tres nietos Gargallo, es decir, Sebastián, Andrea y María, la tienda de regalos se convirtió en la muy visitada galería de arte Vermell.

Pero lo de Surya fue un hallazgo. Allí empezaron muchas cosas. Era un local de regalos y también de exposiciones. Y así estuvo en pleno éxito desde mayo de 1968. Según Paloma Palau, el nombre de Surya lo eligió Pilar. Pertenece a la mitología hindú, donde Surya es considerado como el dios del Sol. Es representado como un hombre rojo con tres ojos. Es decir, mitología, fantasía, leyenda, arte…

NOTICIAS. HECHOS // Es lógico que Sebastián iniciara su formación pictórica bajo la tutela de su padre y otros pintores de la época. Con el ya extraordinario Ripollés marchó en 1958 a París, donde estuvieron tres años de aprendizaje en la capital europea del Arte. Claro que Sebastián tuvo que hacer una pausa para cumplir su tiempo de servicio militar en Melilla. Y en 1963 volvió a París gracias a una beca de estudios de la Diputación Provincial de Castellón. La emoción grande surgió cuando pudo presentar su exposición en la Sala Balzac. Ya estaba muy ilusionado cuando regresó a Castellón y formó parte de la Mostra del Mediterrani con el grupo Parpalló y empezó su circuito de exposiciones en la sala de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad.

Hubo un chispazo muy diferente cuando le llamó el fútbol y se convirtió también en un 10 de mucha clase en el Amateur del Castellón y otros equipos.

Como pintor, la década de los 60 fue en verdad muy fructífera, ya que consiguió el Premio de Arte Religioso de Segorbe en 1964 y el Nacional de Pintura de Oropesa en 1965, al tiempo que recibía encargos para exponer en salas de Bilbao, Valencia y Barcelona, así como en exposiciones colectivas en otras ciudades españolas. Además el encargo del Ayuntamiento de Castellón para el mural de la calle Mayor.

EL CUADRO DEL CASINO // Con motivo de su última reforma, en el Casino Antiguo de Castellón, hubo gran número de actividades de albañilería. Con orgullo y alegría, en aquel 2003, recibí el encargo de escribir y editar un libro conmemorativo. Se tituló El Casino Antiguo de Castellón. Aproximación a su historia. Conté con varios muy destacados colaboradores de altísimo nivel. Uno de ellos fue el profesor --ya fallecido-- don Antonio Tintoré, que se encargó de clasificar y catalogar las casi cien obras de pintura que atesora el Casino. Y en un principio, nos sedujo un óleo sobre lienzo de Sebastián Planchadell. Es un paisaje urbano, definido como perspectiva arquitectónica, aérea y geométrica, predominando los colores azules y los marrones. Hay en él de modo entrañable y nostálgico, la figura del guardia urbano con su casco blanco, en el centro de la Puerta del Sol. Lo firmó el autor en 1956, cuando todavía estaba presente allí el Círculo Mercantil al fondo de la obra, aunque el protagonismo es para toda la fachada del Casino. Y en todo el edificio hay obras de gran número de autores famosos. H