Si ya de por sí es sabido que la llegada del calor siempre viene asociada a la proliferación de mosquitos, este año, al factor de las altas temperaturas hay que sumarle dos variantes más: las intensas lluvias caídas durante los últimos meses, en una primavera que ha sido más húmeda que en ejercicios anteriores, y el confinamiento, que ha imposibilitado que muchos propietarios hayan podido actuar y hacer tratamientos en sus segundas residencias debido a la restricción de movimientos, lo que ha generado que estas parcelas privadas hayan sido un foco inesperado de larvas.

Ante esta situación, como ayer publicaba este periódico, muchos ayuntamientos ya han agilizado requerimientos a los dueños de estas propiedades para que adecúen las piscinas o zonas donde se acumula agua. En Nules, por ejemplo, de las 200 notificaciones de limpieza que ha enviado el equipo de gobierno, la mayoría corresponden a la necesidad de controlar las fincas de particulares, por lo que piden la máxima colaboración ciudadana para facilitar la vida a los consistorios, sobrepasados por la plaga de estos insectos, especialmente este año.