La Diputación de Castellón ha anunciado su decisión de poner a disposición de los ayuntamientos un total de 60 millones de euros para que «puedan afrontar sus pagos durante 2018 con solvencia».

De este modo, la administración provincial pretende dar respuesta con efectividad a las decenas de ayuntamientos que en estas fechas suelen solicitar un anticipo de la recaudación «para disponer de liquidez, especialmente el primer semestre del año, que es cuando empiezan a ingresar tasas y tributos», según detallan desde la Diputación.

El presidente Javier Moliner destaca que tener unas cuentas saneadas «nos permite ser más útiles a los ayuntamientos y a los ciudadanos». En este caso, «los 126 ayuntamientos a los que les prestamos el servicio de recaudación podrán tener dinero para hacer frente a todas sus necesidades de funcionamiento durante todo el año, cuando aún no han recaudado sus impuestos».

Es la primera vez que desde la administración provincial se puede realizar este adelanto de tesorería con recursos propios, sin tener que recurrir a préstamos bancarios, lo que supone un doble beneficio para las poblaciones, que dispondrán de liquidez «a coste cero de intereses».

Moliner también defiende que la situación económica de la Diputación se traduce en el plazo de pago a proveedores, que cobran en un periodo medio de cuatro días. «Hemos conseguido que las facturas se paguen inmediatamente, con lo que ello supone para los autónomos y las empresas de la provincia», concluye.